O Vao ahoga al líder

Davicín, ‘Davo’ desde su paso por el Deportivo, fue una pesadilla para la zaga ourensana, que no pudo sujetar su potencia mientras tuvo gas.
photo_camera Davicín, ‘Davo’ desde su paso por el Deportivo, fue una pesadilla para la zaga ourensana, que no pudo sujetar su potencia mientras tuvo gas.
El mejor Coruxo de la temporada superó con autoridad al Ourense CF para encadenar su cuarta victoria en los últimos cinco partidos y dejar el descenso directo a cuatro puntos

Hace ya un mes que el Coruxo encontró el punto de inflexión para mandar al cajón del olvido un mal inicio de liga, que llegó a tenerlo colista. Que el pinchazo de la semana pasada en Santiago fue una accidente lo confirmó ayer el equipo verde. Pero mucho más que eso. Logró la mejor victoria del curso amparada en su mejor juego de la temporada. El Ourense CF, que llegaba -y se fue- líder a O Vao, fue arrastrado por la marea verde.

Especialmente en una primera mitad superlativa de los pupilos de David de Dios. El técnico vigués ha encontrado en la defensa de tres centrales una muy buena solución para ganar solidez, en el centro del campo con Dani Vidal, Pitu y Añón la mezcla perfecta entre equilibrio, asociación y conducción y en la ubicación definitiva de Davicín en la punta de ataque la amenaza continua y necesaria para inquietar a cualquier rival. El delantero redondelano ha abandonado definitivamente la banda para ser la afilada punta de lanza del Coruxo. Ayer estuvo inmenso.

A los diez minutos apareció en el segundo palo para embocar una prolongación de Pereiro a la salida de un córner. La mayor parte de las veces, el gol llega desde el juego. Para Davicín, que ya se ha hecho mayor y ahora es Davo, fue al revés. A partir de ese tanto, el canterano del Choco trajo por el camino de la amargura a la defensa del líder con su punzante profundidad y su insistente intensidad. Estaba en todas. Y también con calidad. Como en una precisa dejada de cabeza, que Pitu estrelló contra el pecho de Marqueta en inmejorable posición.

Eran los mejores momentos de un Coruxo que ya había doblado la ventaja unos minutos antes. Johan, más desprendido de la tarea defensiva gracias a los tres centrales, se inventó una acción en la que metió a la coctelera potencia, fuerza y fe. Fruto de esa arrancada y un rebote de un defensor visitante, el balón volvió al colombiano, que lo incrustó en la red desde el área pequeña. 

Ya se sabe que la cara es el espejo del alma y la del líder denotaba sorpresa. No esperaban los futbolistas visitantes sentirse tan inferiores en el campo y en el marcador. Básicamente porque casi nunca lo habían experimentado antes en un curso casi inmaculado en el margen norte del Miño a su paso por Ourense. Rubén Domínguez reaccionó emparejando su sistema al de De Dios con tres centrales. Lo cierto es que algo mejoró, también porque el Coruxo le regaló la pelota. Pero Amin, tantas veces letal, tenía ayer el punto de mira averiado. El delantero marroquí tuvo hasta tres buenas ocasiones, pero no metió ninguna entre palos.

El paso por los vestuarios cambió definitivamente al líder. Especialmente con el paso de los minutos. Su dominio era mucho más real que propiciado por la renuncia a la pelota de los verdes. No obstante, el equipo vigués tuvo varias transiciones para sentenciar. No lo hizo. A partir de la hora de juego, las piernas pesaban. Davicín, por ejemplo, salió exhausto.

Los cambios mejoraron todavía más al Ourense CF. El canterano céltico Brais Penela revolucionó la ofensiva visitante. Alberto respondió a una gran acción suya con una buena estirada. El caso es que la insistencia tuvo premio para el conjunto pontino, que recortó ya en el 90 por medio de Miguel Prieto. El árbitro había descontado seis minutos, que finalmente fueron siete y medio. El Coruxo supo sufrir y alzó los brazos. El líder se acababa de ahogar en O Vao.

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