Pulso firme, pese al Espanyol

El entrenador del Celta, Óscar García Junyent, reacio a realizar grandes declaraciones sobre el mercado de fichajes más allá de que pide perfiles y no nombres, sí ha dejado caer en sus comparecencias dos mensajes: que a lo mejor –a lo peor, en este caso– hay que esperar hasta los últimos días de mercado para que aparezcan las mejores opciones y que los rivales están gastando dinero en reforzarse y el club vigués no se debe quedar atrás. Dos ideas que pueden parecer contradictorias, pero que no lo son tanto.
La meta es lograr al mejor futbolista posible. Y eso implica paciencia en las negociaciones –porque suele haber más interés de otros clubes y menos del propietario en soltarlo sin una ganancia considerable– y capacidad de inversión. Dos puntos en los que el Celta, según se asegura desde la entidad, tiene capacidad de respuesta.
La presión por cerrar cuanto antes los fichajes de un pivote defensivo y un extremo de banda derecha, por lo menos, es enorme. Por un lado, la propia clasificación, con el equipo de nuevo en descenso, a dos puntos de la permanencia pero ya a seis del décimo sexto clasificado, un Eibar que visita este domingo Balaídos.  Y, por otro, la capacidad de reacción que están mostrando el resto de equipos metidos de lleno en esta pelea.
El Mallorca se ha reforzado con el exsevillista Pozo y el Leganés baraja sus 20 millones para cubrir el agujero dejado por En-Nesyri, ya jugador sevillista. Pero el equipo que está marcando la pauta en cuanto a inversión es el Espanyol. Primero, con la llegada de Raúl de Tomás desde el Benfica a cambio de 20 millones. Y, ayer mismo, con la de Leandro Cabrera, tras pagar su cláusula de 9 millones al Getafe. Todo previa ampliación de capital que subió el limite salarial de 68 a 80 millones de euros. Y aún llegaría un atacante más (Embarba, Tello...). Mientras, desde Vigo, se trabaja con frialdad.