Balonmano

El Porriño, una familia cada vez más grande

Las jugadoras del primer equipo se sumaron a los partidillos en plena plaza Arquitecto Antonio Palacios.
photo_camera Las jugadoras del primer equipo se sumaron a los partidillos en plena plaza Arquitecto Antonio Palacios.
El Porriño mostró en plena calle su buen momento, con más base y más socios

Los mejor que tiene el Balonmano Porriño es su continuidad, lo que implica una loable capacidad de reinventarse cada temporada. El pasado inspira, pero son el presente y el futuro los que te mantienen con vida. Y a lo largo del tiempo, hay momentos más y menos dulces. La entidad porriñesa vive ahora mismo uno especialmente positivo tanto en lo deportivo, con su equipo femenino afincado en División de Honor -y el filial en División de Plata- y el masculino de vuelta a Primera Nacional, como en lo social. 

Una muestra de este último factor se pudo apreciar ayer por la tarde con nitidez en la plaza Arquitecto Palacios, centro neurálgico de la localidad que da cobijo y sentido al club y que celebra las Fiestas del Cristo. Allí, el balonmano salió a la calle para mostrarse tal como es, humilde en el trabajo diario y poderoso en captación de presentes y futuros valores. Los partidillos se sucedieron entre los jugadores de una base que esta campaña ha registrado un fuerte crecimiento tanto en su versión masculina como en la femenina. Además, las jugadoras del primer equipo -junto a los de Primera Nacional y algún ilustre como el portero internacional juvenil Nico González- se entremezclaron con los pequeños y las pequeñas.

Fue, en resumen, una celebración del aumento de jugadores y de socios que está viviendo el club. Y del mantenimiento de ese sentimiento familiar que hace que las jugadoras de División de Honor tengan como sus fans principales a los niños y niñas de la base.

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