segunda división b

Los pioneros del 84 que abrieron camino al Celta B

Gustavo Loureiro es técnico de deportes de la Universidade de Vigo en Pontevedra.
photo_camera Gustavo Loureiro es técnico de deportes de la Universidade de Vigo en Pontevedra.
El Gran Peña Celtista de aquel año fue el primer filial céltico en derrotar al Deportivo

Mañana tendrá lugar el décimo enfrentamiento oficial entre un filial del Celta y el Deportivo de La Coruña, un hecho que nunca ha sucedido a la inversa. El equipo celeste llega al partido cinco puntos por encima y tras el triunfo en Riazor de la primera vuelta (1-2). Una victoria histórica en feudo herculino, pero que no fue la primera de la serie. Antes que el equipo de Onésimo, otro filial había batido al eterno rival del club vigues en partido oficial: el Gran Peña Celtista de la temporada 1984/85, que jugó aquel curso en Tercera División dirigido por Santi Castro -mítico exjugador del Celta y luego miembro de su secretaría técnica durante 30 años-.
Sucedió el 17 de octubre del 84, en el partido de vuelta de la primera ronda de la Copa del Rey. Por aquel entonces, los filiales podían disputar el torneo del KO -de hecho, cuatro años antes, el Real Madrid y el Castilla habían jugado la final-. El equipo de Lavadores, en aquella época la segunda escuadra céltica, venía de perder dos semanas antes en Riazor (1-0). En la vuelta, el Gran Peña cuajó un partido fantástico y consiguió llevarlo a la prórroga con un gol de Fidel tras una falta botada por Gustavo 
Loureiro en el minuto 88. El tiempo reglamentario terminó con 1-0, lo que supuso la primera victoria de un filial del Celta sobre el Deportivo -en aquel momento en Segunda División- en un encuentro oficial.
El equipo de Santi Castro no pudo rematar la faena en la prórroga y acabó sucumbiendo en la tanda de penaltis. Poco importó. Los jóvenes futbolistas del segundo equipo céltico se ganaron la ovación de la grada de Tribuna en Balaídos.
Porque, hasta mañana, todos los partidos oficiales en casa de un filial del Celta ante el Deportivo (4) se habían celebrado en el feudo habitual del primer equipo. Aquel triunfo del Gran Peña en Copa es el único como local de la serie histórica. Al menos hasta mañana. Y también estuvo vigente como la única victoria de un filial ante el cuadro coruñés hasta que pasado 13 de diciembre el Celta B asaltó Riazor (1-2).

"Siento que soy un celtista deportivista"

GUSTAVO LOUREIRO. Excéltico y exdeportivista

Gustavo Loureiro participó en la que, al menos hasta mañana, es la única victoria como local de un filial del Celta frente al Deportivo en aquel choque de vuelta de la primera ronda de la Copa del Rey 84/85. 36 años y medio después, recuerda perfectamente el partido y la eliminatoria. "Fue muy igualada", sostiene el hispano-uruguayo, que recuerda que en la ida le expulsaron. "Tuvimos una falta de Tono al poste para empatar", rememora. En la vuelta cambiaron las tornas. Pese a que el Gran Peña devolvió el 1-0, sucumbió en la tanda de penaltis. "Merecimos más. En Balaídos fuimos muy superiores", sentencia.
"Fue muy bonito", proclama 
Loureiro. "Nosotros éramos el filial del Celta y la rivalidad era grande. En Balaídos se habilitaba Tribuna para nuestros partidos y estaba completamente llena", revive. "El partido con más público de los que jugué con el Gran Peña", apunta.
Loureiro, con 20 años entonces, vivió una de sus primeras grandes tardes y de una falta suya, llegó el gol de Fidel que llevaba el partido a la prórroga. A partir de aquello, el crecimiento continuó y dio el salto al primer equipo, en el que jugó hasta el 89. Su etapa celeste terminó y fichó, precisamente, por el Deportivo. "Fue un golpe. No tanto por a donde iba sino por tener que irme", reconoce. "No me imaginaba otra cosa que no fuera terminar mi carrera jugando en Balaídos", confiesa el actual técnico de deportes de la Universidad de Vigo en el Campus de Pontevedra.
Con todo y pese a que tenía sobre la mesa una oferta del Málaga en Primera -el Deportivo estaba en Segunda-, decidió ir a A Coruña para seguir cerca de casa. Y, con el tiempo, se muestra agradecido. "Soy un caso raro porque soy un celtista deportivista. Así lo siento", confiesa el exfutbolista, en la actualidad cursando el nivel 3 de entrenador. "Quiero que ganen los dos. En A Coruña he dejado muchísimos amigos y le deseo lo mejor", manifiesta Loureiro, que recuerda con cariño a ambas aficiones: "No puedo tener queja de ninguna de las dos".
Como jugador del Celta y de su filial que fue y también del Deportivo, Loureiro es una voz autorizada para opinar del partido de mañana. "Es un partido totalmente diferente a aquel nuestro, porque es de Liga con dos equipos de la misma categoría", expone ante las posibles similitudes. "Si el Celta B gana, casi asegura su participación en el grupo del ascenso. Sería un logro tremendo", apunta. "Que se juegue en Barreiro es un punto a favor", añade.
"Sigo viendo al Dépor como un rival importante más allá de que no haya dado la talla en ningún partido de la competición", destaca Loureiro, que como exdeportivista entiende que tanto afición como plantilla estarán "tremendamente decepcionados" con la situación. "Es su última posibilidad de reivindicarse. Y más tras el 1-2 de Riazor, que significó una crisis aguda por haber sido ante el filial del Celta", concluye.

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