DESAFÍO TALASO ATLÁNTICO

El Oiense domina en casa

Los participantes rodaron sin prisa en el tramo neutralizado del Desafío Talaso Atlántico. VICENTE ALONSO
photo_camera Los participantes rodaron sin prisa en el tramo neutralizado del Desafío Talaso Atlántico. VICENTE ALONSO
Mario García Ontiyuelo se adjudicó el quinto Desafío Talaso Atlántico, marcado por el fuerte viento de cara al final y en el que Bryony Izzard se impuso en categoría femenina

El Club Oiense dominó ayer la quinta edición del Desafío Talaso Atlántico, la prueba cicloturista que organiza junto con el Hotel Talaso Atlántico y que consta de 60 kilómetros, incluida una cronoescalada de 17 entre el monasterio de Oia y el monte de A Groba.

Dos corredores del equipo anfitrión se proclamaron vencedores en las dos categorías absolutas: Mario García Ontiyuelo en la masculina y Bryony Izzard, en la femenina.

 

 

García Ontiyuelo empleó 41 minutos y 22 segundos en completar el trazado, un tiempo superior al de anteriores ediciones “por las fuertes rachas de viento que soplaron de cara en el último tramo y que jugaron en contra de los corredores”, explicó Aser Estévez, presidente del Club Oiense.

El segundo mejor crono fue para Juan Luis López de Guereñu, del Máster da Louriña, que firmó 41:30 minutos en el alto de A Groba, y en tercera posición se clasificó Jorge Álvarez Garcés, también del Oiense (42:08).

Estévez destacó al final de la prueba que “este año ha subido la participación de ciclistas veteranos y también la de mujeres”.

Entre estas últimas, la más rápida fue la ciclista del Club Oiense Bryony Izzard, una habitual en el Desafío Talaso Atlántico. La deportista del conjunto anfitrión firmó un tiempo de 48 minutos y 14 segundos y aventajó en más de siete minutos a la segunda, Noemí Pena (55:50), del PCD Noela de Noia. 

Elena Conde, representante del Marci Sport, completó el podio femenino tras cubrir el trazado en 56:03 minutos.

Los participantes en esta edición de la prueba salieron a las diez de la mañana del Hotel Talaso Atlántico para afrontar un recorrido endurecido en esta ocasión por el fuerte viento de cara.

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