fútbol sala 2ª división b

La nueva vida de Chelito

 Pitu da instrucciones a los jugadores del Mosteiro
photo_camera Pitu da instrucciones a los jugadores del Mosteiro

El ex jugador argentino del Celta milita en el primer equipo del Bembrive y entrena al juvenil

La amistad y el amor han devuelto a Vigo al argentino Marcelo Fabián Giménez, Chelito, ex jugador del Celta que disputó la temporada 2006/07 en División de Honor, antes de desaparecer por problemas económicos. A sus 38 años, el ala internacional –estuvo en los Mundiales de 2000 y 2004 con Argentina– ha encontrado una nueva vida en el Mosteiro Bembrive, en el que se viste de corto con el primer equipo y entrena a los juveniles y al conjunto femenino.
"Desde que estuve en el Celta, mi intención siempre fue quedarme a vivir en Vigo", afirma Chelito que tras su experiencia con la camiseta celeste regresó a la liga italiana, donde el año pasado puso fin a su carrera profesional. "Siempre venía aquí de vacaciones porque Pitu –entrenador del Bembrive– y Javi Santos –ex compañero en el Celta– son mis amigos íntimos y hace casi cuatro años conocí a la chica que es mi pareja, así que al acabar en Italia decidí regresar", explica.
Después de una carrera que comenzó en 1997 en River Plate y que continuó en Boca, el Nacional de Montevideo, el Franja Roja argentino y once temporadas en Italia, divididas en dos etapas, Marcelo Giménez ayuda ahora al Mosteiro Bembrive en el Grupo 1 de Segunda División B.
"Desde finales de noviembre empecé a jugar con regularidad, aunque me perdí algunos partidos por una lesión de rodilla", señala Chelito, que no pudo disputar el histórico partido de Copa del Rey contra el Barcelona en As Travesas: "El tránsfer no llegó a tiempo, pero tampoco me importó porque si entraba yo, se tenía que quedar fuera uno de los chicos y ellos se habían ganado el derecho a jugar ese partido tan especial, delante de tanta gente y de sus familias. Hubiese sido un pecado que yo les quitase minutos o la posibilidad de vivir un momento así".
Porque, a pesar de su brillante trayectoria profesional, está agradecido de la oportunidad que le ha dado en Bembrive: "Me gustaría encontrar un trabajo para estar más tranquilo y por desgracia no es fácil tal como está hoy la economía, pero Manolo (García Caride, presidente del Mosteiro) y Pitu me han echado una mano enorme al darme la posibilidad de entrenar y dirigir a los juveniles y a las chicas".
El Bembrive cuenta ahora con dos ex componentes de la plantilla del Celta 2006/07, Chelito y Carlos Borrajo. "Somos un referente, sobre por la edad, yo más que Borra. Porque quitando a Jacobo, son todos chavales de veintipocos años", señala el argentino, que reconoce que "si no fuera por el problema que tuve en la rodilla, seguramente iba a estar mejor. Me hicieron una resonancia y tengo el ligamento cruzado anterior y el menisco rotos, pero sigo dando guerra porque voy al gimnasio y teniendo bastante musculatura en la pierna puedo jugar. Mientras la rodilla aguante, seguiré".
Y es que Chelito quiere ayudar al Bembrive a conseguir el ascenso a Segunda División. "Ahora mismo dependemos de nosotros mismos. Ganando todos los partidos, seríamos campeones, porque todavía tenemos que jugar tanto con Valladolid, que lo tenemos a dos puntos, como con Narón, que está a uno. Entonces depende exclusivamente de nosotros. No podemos pinchar ni equivocarnos más fuera de casa. Hay equipo, hay entrenador y los dirigentes lo dan todo para que estemos de la mejor manera. El Bembrive es como una familia, desde los directivos hasta los chicos, un grupo muy lindo".
Feliz con su nueva vida en Vigo, Marcelo echa de menos, sin embargo, otros tiempos del fútbol sala: "No es por decir que cuando uno jugaba todo era mejor, pero lo cierto es que el fútbol sala ha cambiado mucho en España. En el Bembrive hay tres o cuatro chicos que podrían jugar perfectamente en División de Honor si pudieran entrenar como profesionales. Pero tienen que trabajar y hacen un sacrificio enorme para jugar. La economía lastima mucho al deporte". n

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