Lo que Luis Piña ha unido, que no lo separe nadie. Fue al técnico de triatlón al que se le ocurrió que Celso Comesaña, triatleta y atleta popular, podría ser el perfecto acompañante de Susana Rodríguez Gacio, triatleta paralímpica aspirante, de aquella, a la élite mundial. La presencia de ambos en el anillo paralímpico de Tokio corriendo la final de 1.500 el pasado verano concede poderes adivinatorios a Piña.
“Susana y yo chocamos a veces porque somos muy parecidos. Pero esa similitud nos genera que estemos unidos. Ahora mismo, no me imagino no ayudarla. Me imagino siempre con ella, la verdad. Mi idea es intentar ayudarla lo máximo posible mientras nos respeten las lesiones a los dos”. Tal es el plantemiento deportivo vital de este Guardia Civil y profesor de academia convertido en guía atlético de una primera figura paralímpica.
Ese acompañamiento lo llevó, por ejemplo, a los Juegos Paralímpicos de Tokio. Una experiencia que califica de"brutal". Y expone una teoría más que interesante: “No viví unos Juegos Olímpicos desde dentro pero creo que vivir unos Paralímpicos te enriquece más. No todo el mundo sin discapacidad puede acceder. Fui un privilegiado. Vivirlo dentro hace que se generen una serie de conflictos mentales. Tienes que ayudar y el deporte con discapacidad es igual o mejor que el sin discapacidad. Todos tenemos que ayudar. Para mí es fácil, porque corro con Susana y llegamos a los Juegos. Pero esos niños que a lo mejor no tienen ese nivel físico, por qué no pueden llegar al deporte”.
Como bien dice, su forma de pensar se asemeja mucho a la de su compañera. De ahí que fuese natural que del magín de ambos surgiese la idea de crear un club. Una idea que se convirtió en feliz realidad tras el regreso triunfal de Tokio, con la final en el 1.500 y el oro de triatlón de Susana. “Ya antes de los Juegos lo teníamos en mente. A la vuelta, sin estar saturados de carreras, mínimas y entrenamientos, nos dijimos: vamos a probar. Delikia -la firma patrocinadora que da nombre al club- va con los ojos cerrados a donde vayamos nosotros y le estamos muy agradecidos porque sin ese apoyo sería imposible", relata. Y siempre, con una premisa: “Siendo Susana un referente como deportista y como deportista con discapacidad, por qué no esos valores en un club. El apoyo es brutal y hasta asusta un poco".
Se refiere Celso al eco que han encontrado. “Tenemos 76 licencias y habíamos marcado como objetivo 50 en diciembre del 22. También con discapacidad tenemos 10 niños, además de un acuerdo con Discamino, porque ellos necesitan licencia por el tema del seguro”, resume. La sala multiusos en Balaídos será su hogar.
