Desde la parte alta de la clasificación todo se ve mejor. Salen los números, hay satisfacción y alicientes. No obstante, si se baja el pistón, si se produce algún despiste o si se cometen errores, la caída será inmediata. Lo saben en el Bembrive, que encabeza la tabla de Segunda División con cuatro puntos de margen, pero que podría perderlos si en las dos próximas semanas no ofrece su máximo nivel. A falta de tres enfrentamientos para cerrar la primera vuelta, los dos siguientes son ante rivales directos: Segosala y Rodiles.
Este sábado, en el pabellón Pedro Delgado, la formación olívica visita a la castellana y “es de los equipos que menos conocemos porque este año se nos unieron equipos de la zona de Madrid”, destaca el entrenador del conjunto vigués, Roberto Carlos García ‘Pitu’. El Bembrive lidera la clasificación con 33 puntos por los 27 de su oponente. “Es un equipo de la zona alta, muy joven y que aspira ascender”, añade la jugadora Lucía González ‘Lutxi’.
El siguiente paso será contra el segundo clasificado el sábado 23 de diciembre. Casi en Nochebuena, el banquete será de alto nivel porque llegará a Vigo el Rodiles, segundo clasificado con cuatro puntos menos. “Pudimos aumentar la ventaja, aunque creo que más por demérito de los rivales, que pincharon un poco. Nosotros estamos en una línea regular, siendo competitivas, y subimos esas renta”, explica Pito. Debido a ello, entiende que en las dos próximas semanas “se verá si podemos aumentar la renta o si se iguala todo, que es lo que pensábamos desde el principio, que estaríamos en un grupo con cinco o seis equipos muy cerca entre sí”.
Es el reto de un Bembrive que, desde el comienzo de campaña, aprovechó “un inicio benevolente con cuatro partidos contra tres recién ascendidos" para situarse en la primera posición. Así, su entrenador matizó que “ahora llega el momento de empezarnos a creer cosas”. Tras finalizar en la tercera posición en las dos últimas campañas, el cuadro olívico tiene la opción de, en caso de ganar los dos próximos encuentros, romper la liga regular. Y, de no hacerlo, quedará mucho por pelear, pero tiene ese cierto margen de maniobra.
Lutxi González así lo entiende al explicar que “intentamos no pinchar contra los equipos de la zona baja y en casa, que somos fuertes. Eso nos permite tener parte de margen y es lo que queremos". Una situación que puede cambiar en una competición de igualdad y así lo señala Pitu. Los cuatro primeros del grupo disputarán la fase de ascenso y hay cinco equipos en un margen de siete puntos. “Aunque lo pueda parecer, no está asegurado el ‘play-off’ porque el margen es pequeño. Estamos a siete puntos de perder esta zona porque la marca el Valdetires, que nos ganó y está a esa distancia. Por eso, hay que continuar a un buen nivel porque, si tropiezas dos partidos, te vuelves a meter abajo”.
Es la relevancia que cobran los dos próximos encuentros y, en gran medida, son importantes para el Bembrive porque dispone de una plantilla corta e, incluso, con bajas en las últimas semanas por la marcha de dos jugadoras por diferentes motivos. Así “tenemos solo seis fichas que son puras del equipo de categoría estatal”, explica Pitu. Por ello, en el día a día, “tenemos que apostar por confeccionar entrenamientos con jugadoras de Autonómica o de juveniles. Al final, somos un equipo de cantera y tenemos que tirar de eso”.
Y, por ahora, lo están realizando con acierto, pero siempre con la interrogante de saber hasta dónde llegará la gasolina. “Ya tuvimos algunas lesiones y yo ando con molestias en una rodilla. Intento cuidarme para llegar a cada partido e intentar aportar. A ver cómo llegamos a mayo, pero hasta ahora estamos bien y buscaremos seguir ahí arriba. Sería un punto importante poder ganar estos dos partidos”, amplía Lutxi. Y es que, al final, estar en la zona alta de la clasificación “es algo que lo llevamos bien y sienta bien”.
Todo ello, en un contexto de categoría en el que el Bembrive tiene importantes limitaciones económicas. “Somos un equipo totalmente amateur”, indica Pitu. Y lo es en una categoría aficionada, pero con excepciones: “Otros equipos de la zona alta tienen a extranjeras, dos o tres, que dan ese punto de nivel”. Un condicionante que limita a la escuadra viguesa, pero que no asusta. “Al contrario, es un aliciente más para pelear jornada a jornada y partido a partido. Siendo un equipo familiar, que no puede pagar, competimos contra ellos y es todo un orgullo dar este nivel”, asegura Pitu.
Ayer volvió a hacer encaje para configurar el entrenamiento con el mayor número posible de deportistas y con la vista puesta en el viaje a Segovia. Después pensará en el siguiente paso y, poco a poco, el conjunto vigués observa como las jóvenes pueden hacerse deportistas de alto nivel bajo la mirada y el ejemplo de mujeres que, tras largas jornadas de trabajo en una oficina o en el Hospital Álvaro Cunqueiro, llegan a casa, agarran la mochila y las zapatillas y acuden al pabellón de Bembrive para hacer un entrenamiento más. El liderato da fuerzas, es un aliciente y también un reto
