Desirée Vila obtuvo su primera medalla internacional con la tercera posición en el Europeo de atletismo adaptado gracias a una marca de 4.23 metros, su marca personal
El primer metal, probablemente de muchos que vendrán en el futuro. La gondomareña Desirée Vila obtuvo ayer la medalla de bronce en la prueba de salto de longitud en el Europeo de atletismo adaptado. Dentro de la categoría de T63, Vila obtuvo su marca personal con 4.23 metros para subirse al tercer peldaño del podio tras un concurso de excelente nivel.
La de ayer fue la primera presea internacional en un certamen de esas características de la deportista del Val Miñor. Lo consiguió en una jornada en la que rindió al máximo de su capacidad. El mejor salto llegó en el quinto y penúltimo intento con 4.23 metros. La serie la inició con 4.02 para continuar con 4.13, muy cerca de su plusmarca personal. Bajó algo el rendimiento en sus siguientes saltos con 4.08 y 3.93. Esa cuarta tentativa condicionada por el viento contrario, de hasta 2.4 metros por segundo.
Sería un pequeño receso antes del mejor salto de la jornada. La gondomareña aprovechó un momento de viento favorable en la recta de salto de longitud para marcharse hasta los 4.23 en el estadio de atletismo de Bydgoszcz, en Polonia. Un registro que fue su marca personal y obtenido en una competición en la que Vila tenía presión porque la segunda posición se encontraba cerca. Todavía tuvo un salto más, en el que firmó 4.15 metros, pero con viento superior al legal (+2.3 m/s) para registrar la marca en el historial, aunque le hubiera servido en el certamen de ayer.
Eso sí, finalmente terminó tercera a siete centímetros de la suiza Elena Kratter, que firmó 4.30 y también batió su registro personal. Ambas deportistas realizaron un concurso paralelo con mejoría constante salto tras salto. En el segundo intento, la helvética firmó 4.20 por los 4.13 de Vila y, cuando la del Val Miñor superó esta barrera en el quinto, la suiza se marchó hasta los 4.29, que terminaría por superar en el último intento.
Muy lejos de ambas, en un nivel notablemente susperior se situó la italiana Martina Caironi, que batió un nuevo récord del mundo de la categoría T63 al irse hasta los 5.06 metros. Un registro extraordinario y que la sitúa como principal candidata a la medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Tokio que se disputarán este verano en Japón.
Para esta cita, Desirée Vila ya dispone de la plaza en salto de longitud al tener de la mínima A y todavía puede acudir a los cien metros si logra la B tras quedarse en el Europo a 20 centésimas el pasado martes. En todo caso, el gran objetivo de la gondomareña es continuar su progresión en el salto de longitud para tratar de repetir medalla en la cita paralímpica. Si logra hacerlo sería un objetivo mayúsculo porque en sus planes sí entraba hacer el podio en el Europeo, pero es consciente de que lograrlo en Tokio se presenta realmente complicado. En todo caso, este verano ya superó en dos ocasiones su plusmarca personal.
La deportista del Val Miñor comenzó en atletismo paralímpico en 2017 tras sufrir en 2015 la amputación de una pierna después de sufrir una fractura grave en un entrenamiento de gimnasia acrobática y, a continuación, ser víctima de una negligencia médica. En 2018 comenzó en el atletismo adaptado dentro de su categoria, T63, en la que ya se proclamó campeona de España. Tres años después, mejoró de forma notable sus marcas, especialmente en salto de longitud, prueba en la que dobló la distancia que conseguía en su primera campaña. De esta forma, en 2021 y con 22 años, ya es una de las principales especialistas del mundo en esta prueba y, gracias a ello, obtuvo ayer su primera presea internacional. Un objetivo que llegó gracias a la dedicación y al notable trabajo físico en Madrid, ya que reside en la Residencia Blume.
