Un desconocido Celta B pagó ayer los platos rotos de la derrota la semana pasada del Atlético Baleares y de su racha de tres partidos sin ganar, que llegó tras ocho victorias seguidas. Los locales, a pesar de encajar un gol a los dos minutos, recuperaron el buen juego de jornadas anteriores y le endosaron un set a un filial celeste que contaba con la sensible baja de su goleador Emmanuel Apeh, pero que estuvo muy desacertado. Y es que hasta ahora los de Jacobo Montes se habían mostrado como un conjunto temible a domicilio. Hasta el partido de ayer, los vigueses sumaban cinco partidos sin perder (no caían fuera desde el 8 de septiembre, 3-0 ante Las Rozas en la segunda jornada). La fragilidad defensiva pesó en un filial que se vino abajo tras el descanso.
El inicio del partido no hacía prever el set final porque no habían transcurrido ni dos minutos cuando el Celta B se adelantó en el marcador por medio de Gabri, que, en un saque de esquina, se adelantó a toda la zaga local para batir a Manu Herrera y poner el 0-1 en el marcador.
El Atlético Baleares reaccionó de forma feroz y se adueñó del encuentro ante un filial que sabía que solo le quedaba defender la renta. Los celestes se defendieron con orden hasta el cuarto de hora. Sin embargo, en el minuto 18 David Haro, el mejor de los baleares, se fabricó una jugada personal que acabó con Fran Vieites arrollándole. El propio atacante transformó el penalti para empatar el partido.
Y ahí se produjo el primer punto de inflexión del partido, porque a partir de los 20 minutos el Celta B se disolvió como un azucarillo y estuvo a merced de su rival. Fruto del dominio local llegó el segundo gol. Luca Ferrone se sacó un gran centro desde la derecha y Gabarre, tras algunos partidos sin marcar, batió a Vieites con un buen testarazo. Era el minuto 28 y de aquí hasta que el colegiado pitó el final de la primera parte el dominio fue local pero sin más goles. El Celta B se iba a los vestuarios vivo e incluso con la sensación de que si hubiera aguantado la ventaja más minutos, al conjunto local quizás le hubieran entrado las prisas y hubiera caído en la precipitación. Pero esto es lo que pudo ser y no fue.
La segunda parte se convirtió en una tragedia para el filial, que vio cómo a los siete minutos de la reanudación Arturo anotaba el tercero culminando una buena jugada de Jorge Ortiz, otro de los destacados.
El filial celeste era incapaz de tener una posesión larga o poner pausa al partido y parar el empuje del cuadro local, que en estos minutos jugaba y se gustaba mientras los vigueses iban detrás del balón y cuando lo tenían les duraba tan poco que eran incapaces de traspasar el campo contrario y, mucho menos, de llegar al área contraria.
El centro del campo celeste estaba desaparecido, los hombres de ataque eran islotes desconectados y la defensa achicaba agua como podía. Hasta el minuto 71, porque a partir de ahí los de Jacobo Montes cayeron como un castillo de naipes y encajaron tres goles en pleno festival de los de Manix Mandiola.
Así, en el minuto 71 David Haro anotaba el cuarto y en el 85 culminaba con un hat-trick su gran partido anotando el quinto tras asistencia de Alberto Gil. Este último, a su vez, estableció el set y partido en el minuto 87. De hecho, tras el tercer gol del Atlético Baleares el encuentro ya no tuvo historia porque los locales arrollaron a un filial celeste otra vez en peligro.
Atlético Baleares:
Manu Herrera; Ferrone, Vallori, Orfila, Peris; Villapalos, Arturo (Borja, min. 62); David Haro, Jordan, Jorge Ortiz (Alberto Gil, min. 72); y Gabarre (Cervero, min. 78).
Celta B:
Fran Vieites; Carreira, Farrando, Pampín (Ros, min. 56), Fontán; Molina, Solís; Bermejo (Dani Vega, min. 70), Gabri, Losada; y Lauti (Jacobo, min. 56).
Goles:
0-1, min.2: Gabri; 1-1, min.18: David Haro, de penalti; 2-1, min.28: Gabarre; 3-1, min.52: Arturo; 4-1, min.71: David Haro; 5-1, min.85: David Haro; 6-1, min.87: Alberto Gil.
Árbitro:
García Aceña (comité valenciano). Amonestó al local Vallori y al visitante Gabri.
Incidencias:
Partido de la decimoquinta jornada en el Grupo 1 de Segunda División B, disputado en el Estadi Balear ante unos 2.000 espectadores.
