El Guardés revistió ayer de oficialidad la incorporación de Cristina Cabeza para dirigir el nuevo proyecto del club la próxima temporada. “Las expectativas son muy ambiciosas”, insiste la entrenadora madrileña, que suena firme y tranquila al otro lado del teléfono. La seleccionadora juvenil -compaginará ambos banquillos- ingresa al siguiente nivel tras sus pasos por Gijón y por Alcobendas. Y lo confirma. “Fichar por el Guardés es un paso muy importante en mi carrera deportiva”, subraya."Es un club bastante más profesional que los anteriores que he tenido en España. Y eso es importante para mí", añade.
Cabeza pone el acento en esta reflexión porque inició su trayectoria en los banquillos en el Trier alemán, donde estuvo hasta 2015. Allí vivió el paso de jugadora a técnica, incluso llegando a solapar ambas labores. “Me marcó un poco”, reconoce. “En España estamos a años luz de ese universo, pero es el camino a seguir para mejorar”, especifica la nueva entrenadora del Guardés, que considera que su nuevo destino está en esta senda.
Lo que está claro es que su nuevo hogar respira balonmano por los cuatro costados. “Tengo muchas ganas de estar allí, de empezar a trabajar y de vivir ese ambiente. La afición es increíble, la mejor de España. Es una pasada formar parte de eso”, proclama con ilusión. “Todo el mundo me ha hablado muy bien de A Guarda y me han dicho que voy a estar muy bien. Voy con mucho respeto por cómo se vive allí el balonmano”, expresa.
Cabeza compartirá cuerpo técnico con Ana Seabra. La entrenadora portuguesa inició el curso como segunda de Abel González y asumió el rol de principal con el despido del asturiano. Bajo su mando, el Guardés rayó a gran altura hasta el punto de evitar el descenso con el que coqueteaba y, sobre todo, firmar unas semifinales de Copa de la Reina y el subcampeonato de la Copa Europea. “Su labor ha sido extraordinaria”, manifiesta la madrileña. Juntas, codo con codo, trabajarán para que la suma de sus fuerzas multiplique las del equipo. “Va a ser enriquecedor para las dos y, sobre todo, para las jugadoras. Es muy importante y positivo que continúe. Se lo ha ganado con creces”, destaca Cabeza, que augura una relación muy fructífera. “Somos dos personas muy parecidas, sobre todo en cuanto al carácter y la exigencia”, puntualiza.
Esa relación lleva semanas fraguándose. La confección de la plantilla ha sido consensuada por ambas y Cabeza espera cerrarla definitivamente esta semana. “A partir de ahí, nos pondremos en marcha para planificar la pretemporada", informa.
Como seleccionadora juvenil, la nueva entrenadora del Guardés es una firme convencida de la importancia del trabajo de cantera. En ese sentido, desvela que ya ha hablado con Fabio Lima, coordinador de la base, para tratar el funcionamiento de la estructura. También enfatiza que dispondrá de un buen número de jugadoras jóvenes, que puedan desarrollar su proyección. Eso sí, no deja de lado el papel fundamental de las veteranas. “Cuando la exigencia es tan alta es importante que haya una mezcla”, sostiene. Con ese bloque, Cabeza buscará desarrollar un balonmano dinámico. “El estilo será parecido, solo que a mí me gusta correr un poquito más”, adelanta la madrileña, que apostará por la defensa -"no solo el 6:0", advierte- y el contraataque. Se acerca el vértigo a A Sangriña.
