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El Coruxo arranca la Liga este domingo en Avilés (18:00). Un inicio fuerte, que examinará las prestaciones del nuevo proyecto que comanda David de Dios tras la pretemporada. Una docena de fichajes han renovado una plantilla que se presenta en la línea llena de juventud, con las gotas de experiencia de Andriu, Alberto o un Añón que ha vuelto de su momentáneo retiro para ayudar. En ese plan renove aparece Juan Serrano, cuya incorporación sobresale por aterrizar en O Vao desde Primera Federación, donde tuvo bastantes minutos el curso pasado con Unionistas.
“Lo valoré bastante con mis padres. Fueron varias semanas de pensarlo profundamente. Tenía ofertas encima de la mesa y nos decantamos por ésta”, explica el andaluz, de 24 años, capaz de jugar en cualquier posición del frente de ataque y con una calidad llamada a marcar diferencias. “Yo me centro en aportar mi granito de arena y ser uno más dentro del equipo”, se apresura a acotar con humildad. “Quiero dar al grupo lo que me pide el entrenador y trabajo como uno más para ello”, añade.
El caso es que el Coruxo ha firmado un futbolista de mucho nivel para el último tercio del campo y el nuevo asesor técnico del club, Jacobo Trigo, ha tenido mucho que ver. “Estoy aquí, sobre todo, por su insistencia”, reconoce Serrano. “Tuve su ofrecimiento desde el primer momento y el club y el cuerpo técnico mostraron siempre interés. Esa confianza es lo que hace al jugador decidir para un lado u otro", explica el algecireño, “contento” en estas primeras semanas junto a la playa de O Vao. “Tuve una acogida amigable por parte de mis compañeros y de los entrenadores”, subraya.
Tras la toma de contacto que siempre supone la pretemporada, llega el fuego real. Serrano está preparado y siente que sus compañeros también. “Queremos estar lo más arriba posible, sin ponernos un techo”, advierte. En ese sentido, destaca la corta media de edad de la plantilla como algo muy positivo. “Esa juventud contagia las ganas de tirar hacia arriba y nos da un punto más de intensidad”, analiza el andaluz.
Unas cuantas semanas en Vigo han bastando para que Juan haya percibido el particular espíritu del Coruxo. “Es un club diferente a otros”, reconoce el atacante de Algeciras, que siente “muy familiar” a la entidad verde. “En ese sentido se asemeja a Unionistas”, reconoce, en referencia a la institución salmantina, heredera de la desaparecida UD Salamanca y construida a través del accionariado popular. “Estoy muy a gusto, muy cómodo. Tenemos un trato muy cercano con todos los integrantes del club”, subraya. Parece que esto es el principio de una gran amistad. De este modo, Juan Serrano ha hallado su norte y el Coruxo ha encontrado su sur.
La camiseta número 10 es la que más mística tiene en el mundo del fútbol. Sin duda. La que este verano quedó libre en el vestuario del Coruxo todavía más. Mateo Míguez fue su último portador y eso añade un enorme peso a la prenda por la institución que el redondelano ha sido en O Vao y en todo el fútbol del área viguesa en general. Juan Serrano ha aceptado el reto de heredarla y está al tanto de quién es su antecesor. “Ya me han dicho que era una referencia aquí en el club”, reconoce el atacante algecireño, que ve este trasvase de poderes como algo estimulante para él. “Me da motivación para dejar la camiseta en buen lugar y ser un buen sucesor del 10 de Mateo”, reflexiona con humildad el futbolista andaluz.
Además de a su nuevo equipo, Juan también empieza a adaptarse a la ciudad. “Tengo muy buenas referencias de la zona y por ahora estoy bastante cómodo. Ya conoceré más”, explica Serrano, que ha sido presa de las leyendas sobre el supuesto exceso de lluvia en Vigo. “Me han hablado mucho de ella. Mira que no estoy acostumbrado, que vengo de allí abajo, pero por ahora se mantiene el solecito”, concluye. Y más que se mantendrá.
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