Xosé Ramón "Chicho" Val. Entrenador del Sárdoma

“Hay que disfrutar la categoría y, con eso, pelear la permanencia”

1LAN6644.jpg_web
photo_camera Xosé Ramón ‘Chicho’ Val acudió al set de Atlántico.

Xosé Ramón ‘Chicho’ Val (Vigo, 18 de octubre de 1972) se hizo cargo del banquillo del Sárdoma con la idea de intentar salvar al equipo tras la dimisión de David Ferreiro. Lleva cuatro encuentros con un empate, dos victorias y una derota, ayer ante el Bizkerre.

 

 

¿Cómo llega al Sárdoma? 

Resultó complicado porque el equipo venía de siete derrotas y, además, la salida de David Ferreiro, el anterior entrenador, llegó por motivos personales, no fue el club el que lo despidió. Las jugadoras tenían una buena afinidad con él y, por ese camino, resultó complicado y lo sigue siendo. Cambiar cosas de un día para otro es complicado porque la primera impresión siempre es de resistencia por parte del colectivo. Al menos, en los primeros partidos llegaron buenos resultados que nos dieron tranquilidad. Pero es dificultoso el cambio por la situación del equipo y porque no hubo fichajes. Las novedades en la plantilla fueron las aportaciones del filial. 

Siempre es raro ver que un entrenador lo deja por voluntad propia. 

David Ferreiro es un entrenador que, en su día, me relevó a mí en el Matamá y tengo una buena relación con él. Decidió dar un paso al lado porque, al final, ves que haces todo lo posible y los resultados no cambian. Habitualmente, son los clubes los que optan por el cambio, pero, en esta ocasión, fue él el que tomó la decisión. Yo llego al equipo con la idea de cambiar algunas cosas para intentar modificar una dinámica que estaba siendo negativa para intentar darle un prisma positivo. Tenemos que intentar disfrutar la categoría porque somo nuevos en ella, nunca la pudimos disfrutar, y la disputamos con un equipo amateur. Si, aparte de disfrutarla, llegan los resultados, la permanencia está más cerca.

¿Está a tiempo de salvarse? 

Entré en el club porque tengo unas amistades y había esa necesidad de tapar la salida de David Ferreiro. La dirección quería un perfil de entrenador de fútbol femenino, algo que ya no es sencillo, y cada día estaban más necesitados. En una reunión que tuvimos, opté por decir que sí y comenzó un trabajo arduo para adaptarme a la categoría, a la plantilla y conocer a los rivales. El comienzo fue prometedor, pero esto es muy complicado. A partir de ahora, nos vendrán muchos partidos clave contra rivales directos por la permanencia y, después, llegarán los equipos de la zona alta. El calendario es preocupante. El encuentro ante el Interrías será clave, aunque todos lo son porque, sin las victorias anteriores, no llegaríamos con opciones a este. No se pueden hacer las cuentas de la lechera y es preciso ir domingo a domingo.

Las jugadoras del Sárdoma vienen de ser un equipo ganador y convivir con la derrota entiendo que no es sencillo. 

Totalmente cierto. Ellas venían de ser un equipo ganador y que accede a esta nueva categoría tras conseguir muchas victorias. Lo que sucede es que no sabes el nivel real que vas a tener en esta división. Vista la primera vuelta, está claro que no es suficiente porque terminas en descenso. A ello se añade que el Sárdoma, al no poder hacer fichajes, le dio continuidad al bloque del pasado año y, cuando haces eso, realmente te debilitas. Llegas a una categoría con un nivel mayor y tú compites con una plantilla pensada para Nacional. El salto es grande, la idea es la permanencia, pero perder, perder y volver a perder te debilita. Desde que llegué, intento recuperar esa ilusión por jugar en la categoría y, con los buenos resultados, creo que hemos podido crecer y reforzarnos, sobre todo, desde la parte defensiva. Y, a partir de no encajar, aprovechar las opciones que tengamos en ataque.  

En el caso del Sárdoma, tiene dificultades para poder hacer una carga física adecuada para la categoría. 

Totalmente cierto. Desde que llegué, implantamos un día más de entrenamiento para mejorar la condición física y conocer mejor esa situación de forma de la jugadoras. Los rivales, especialmente los de la zona baja, se han reforzado en invierno. Nosotros no pudimos hacerlo. Entrenamos a una hora tardía, con algunas jugadoras que vienen de trabajar, y no es la mejor situación. Pero hay que convivir con ello, asumirlo y generar buenas situaciones para paliar el déficit físico y, en ocasiones, técnico que tenemos con algunos rivales y compensarlo con más agresividad, mejor colocación y menos pérdidas en zonas de riesgo.

¿Esperaba asumir este reto?

Dejo el mundo del fútbol femenino en 2017 porque tengo una situación laboral en Valencia por tres años y eso me hace dejarlo. Desde que volví, entrenaba a equipos de base, pero no contaba con volver a tomar un equipo femenino sénior. En un primer momento, sí que no quería meterme en este barco. Pensé que el propio David Ferreiro igual se pensaba seguir, pero la necesidad que se generó en el Sárdoma y la amistad que tenía con la presidenta y el director deportivo es lo que hace que me meta en esto. Sinceramente, creo que David Ferreiro estaba más preparado que yo para este reto porque estaba en activo, está en el día a día y tiene una formación más actual. Yo venía de estar menos enganchado y el club optó ahora por una experiencia. Por ahora, estamos obteniendo resultados y vamos a ver si podemos seguir con ellos, pelear hasta el final la permanencia y conseguirla. Es complicado porque nadie quiere descender. Y, después, competimos con clubs profesionales, contra los filiales, pero son el Athletic, el Real Madrid, Osasuna… No es nada sencillo competir contra esos medios. Y el Sárdoma tiene gran mérito porque tiene el 100% de jugadoras de la provincia. Igual también es una debilidad, pero es un orgullo.

Desde fuera, parece que el Sárdoma no dispone de recursos para más. 

Es cierto. El fútbol se mueve por derroteros complicados. Por ejemplo, a nivel de subvenciones, estas llegan cuando la temporada termina. Por ejemplo. Por eso, al Sárdoma le es complicado, con un nivel de masa social pequeño, invertir en una gran plantilla o traer a gente de fuera. Y, a nivel de Galicia, es muy difícil fichar a una jugadora de A Coruña y que venga cuatro días a entrenar a Vigo. Tienes que darle una residencia y el gasto ya se dispara. En Vigo somos 400.000 personas y no vas a tener las mismas oportunidades que en una ciudad de varios millones como Madrid o Barcelona. Todo se complica. El Sárdoma premió a esas jugadoras que obtuvieron el ascenso e hicieron un inicio muy bueno pero, según avanza la temporada, vas sumando derrota tras derrota y eso genera desánimo.

El Celta presentó su centenario, ¿perdió otra opción para anunciar un equipo de mujeres?

No sé si el Celta está estructurado para tener un equipo femenino, pero está claro que la apuesta no es fuerte. Es uno de los pocos equipos profesionales que no lo tiene y, si es así, es porque no verán ni un futuro, ni una proyección, ni un bienestar para crear ese conjunto femenino. No sé cuándo darán ese paso, si es que al final lo acaban dando. Creo que no será hasta que se lo exijan. Y es una pena porque creo que, con el nombre del Celta, podríamos tener un equipo top metido en el fútbol profesional femenino. Al final, para aguantar y competir con los grandes clubes es necesaria una estructura sólida y el Celta la tiene. Si crea un equipo de mujeres, creo que iría mejor al fútbol de la ciudad y creo que el propio club se daría a conocer en la parcela del femenino, que está creciendo mucho. Ádemas, creo que hay jugadoras fuera que están deseando jugar en el que sería el equipo de su ciudad. Me gustaría animar a Carlos Mouriño para que pueda dar el paso y crear ese equipo. Si lo hubieran hecho hace unos años, ya lo tendrían amortizado. Cuanto más tarde en empezarlo, el gasto será mayor. Lo que está claro es que a nivel Celta, el femenino no llama porque ya lo tendrían hecho. Lo tiene el Deportivo y está en Primera Federación y el Celta, consolidado en Primera División y con ciudad deportiva nueva, no lo tiene. Está claro que no le interesa.

Te puede interesar