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El Celta prolonga su luna de miel

Los jugadores del Celta celebran el 3-1, obra de Iago Aspas tras una jugada en la que también participaron Maxi Gómez y Brais Méndez.
photo_camera Los jugadores del Celta celebran el 3-1, obra de Iago Aspas tras una jugada en la que también participaron Maxi Gómez y Brais Méndez.

El equipo vigués logra ante el Betis su tercer triunfo seguido con goles de Aspas y Maxi y se sitúa a dos puntos del sexto

El Celta vive inmerso en una luna de miel sin fin que comenzó en el derbi con el que cerró 2017 y a la que ha dado continuidad en este 2018 con un empate ante el Real Madrid y tres victorias seguidas sobre el Levante, la Real Sociedad y, anoche, el Betis. La dupla goleadora que forman Iago Aspas (autor de un doblete ayer) y Maxi Gómez (que hizo un tanto) otorgó tres nuevos puntos al equipo de Juan Carlos Unzué, que lució recursos en un partido en el que supo jugar con y sin balón y que mereció ganar con más holgura. Tras un primer tiempo práctico en el que Aspas aprovechó un error del Betis para inaugurar el marcador, el Celta salió con todo después de el descanso y amplió su ventaja. El conjunto verdiblanco no se rindió y acortó distancias antes de que Iago Aspas firmase el 3-1 tras una jugada magistral. Un penalti de Roncaglia sobre Joaquín transformado por Guardado en el descuento mantuvo la emoción hasta el último suspiro, pero el Celta supo conservar su ventaja para mantener su séptimo puesto y situarse a sólo dos puntos del sexto, el Sevilla.
Juan Carlos Unzué y Quique Setién pregonan la misma filosofía futbolística, pero con matices. Mientras el técnico navarro ha sabido adaptar sus ideas a las cualidades de sus jugadores y reducir riesgos en la salida del balón, el entrenador cántabro apuesta por combinar el cuero a ras de césped casi en cualquier circunstancia. El Betis intenta construir cada acción paso a paso, pase a pase, desde su área hasta el área rival. Y el Celta, sabedor de ello, planteó una batalla táctica en la parcela verdiblanca de la que supo sacar provecho. Presionó la salida de los andaluces hombre a hombre y a los 11 minutos obtuvo el fruto esperado. Adán combinó con Javi García, Radoja se adelantó y tocó el balón hacia Iago Aspas, que encaró al meta verdiblanco y ajustó el balón al palo con un lanzamiento ante el que nada pudo hacer el ex del Real Madrid.
El Celta ha encontrado en un juego más práctico y menos brillante la puerta hacia los buenos resultados. Así sucedió en las dos últimas jornadas, en las que logró sendos triunfos ante Levante y Real Sociedad, y así volvió a ser ayer en un primer tiempo en el que estuvo lejos del brillo de otras noches, pero supo aprovechar las carencias del rival para llegar por delante al descanso. El Betis apenas dispuso de un par de ocasiones, ambas en los diez primeros minutos y finalizadas por Guardado con sendos remates altos. Los pupilos de Quique Setién se estrellaban una y otra vez contra el muro construido por Roncaglia y Sergi Gómez -impecables ambos- y sólo cuando Joaquín entraba en juego los sevillanos afinaban su fútbol.
El Celta, mientras, se sentía cómodo con y sin balón. Sólido en defensa, jugaba con criterio hasta llegar a la línea de tres cuartos, donde no acababa de acertar en el penúltimo o el último pase. Pero pasaban los minutos y en el bando celeste no había más razones para la preocupación que lo ajustado del resultado. Tras el paso por vestuarios, el Celta trató de cambiar ese 1-0 con una salida en tromba con la que consiguió encerrar al Betis en su área. Roncaglia inició la avalancha viguesa al interceptar un pase de Adán en la salida de balón verdiblanca y Maxi Gómez acaparó el protagonismo al enlazar tres oportunidades consecutivas en las que el uruguayo no pudo superar al meta visitante. A la cuarta, sin embargo, cayó el muro del Betis. Maxi continuó su idilio con el gol (acumula 11 goles en Liga, por los 13 de Aspas) con un inapelable remate de cabeza en una acción en la que buena parte del mérito debe recaer sobre Jonny. El lateral de Matamá regaló el 2-0 al charrúa tras una excepcional acción individual por banda izquierda y el Celta se encontró con un resultado tranquilizador fruto ya no sólo de un juego práctico, sino del gran fútbol desplegado sobre el césped de Balaídos en los primeros compases de la segunda parte.
Setién buscó la reacción con un doble cambio a la hora de partido. Rubén Castro y Boudebouz saltaron al terreno de juego en lugar de Javi García y Tello, justo después de que Fabián probase por primera vez a Rubén con un potente zurdazo que desvió el mosense. Menos acertado estuvo el canterano diez minutos después, en la acción con la que el Betis acortó distancias en el marcador. El 2-1, obra de Sergio León, despertó dudas en la grada, pero Iago Aspas se encargó de evaporarlas tras una magnífica acción que él mismo inició con un robo en la medular y que culminó tras combinar con Maxi Gómez y Brais Méndez con un toque sutil ante la salida de Adán.
Roncaglia puso emoción a a la noche con un penalti evitable que Guardado transformó en el 3-2 cuando apenas quedaba tiempo para más. El Betis no tuvo opción de empatar y el Celta celebró una victoria más para seguir creyendo que Europa es posible.

Celta:
Rubén Blanco; Hugo Mallo, Roncaglia, Sergi Gómez, Jonny; Wass (Jozabed, min. 80), Lobotka, Radoja, Pione Sisto (Brais Méndez, min. 71); Iago Aspas, Maxi Gómez (Emre Mor, min. 86).
Betis:
Adán; Barragán, Feddal, Mandi, Durmisi; Javi García (Rubén Castro, min. 21), Fabián, Guardado; Joaquín, Sergio León, Tello (Boudebouz, min. 61).
Gol:
1-0, min. 11: Iago Aspas; 2-0, min. 56: Maxi Gómez; 2-1, min. 71: Sergio León; 3-1, min. 79: Iago Aspas; 3-2, min. 91: Guardado, de penalti.
Árbitro:
Sánchez Martínez (murciano). Amonestó con tarjeta amarilla al local Wass y a los visitantes Javi García, Joaquín, Fabián, Barragán y Feddal.
Incidencias:
Partido correspondiente a la vigésima primera jornada de Primera División disputado en el estadio de Balaídos ante 14.856 espectadores. Antes del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria de los abonados históricos del Celta Julián Trapero, Andrés García, Ángel Pérez y Manuel Justo.

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