El Celta B cristalizó ayer su clasificación para una fase de ascenso que, nuevamente, vuelve a cambiar de formato. Tras el fracaso del año pasado con sedes fijas, el play-off recupera su esencia original y se jugará a ida y vuelta con cruces entre grupos. Dicho de otro modo: el filial concluye en la quinta posición y se medirá al segundo del otro grupo, en este caso el Eldense, que tendrá el factor campo a favor.
Sin más dilación comienza la fase. El próximo domingo, el equipo de Claudio Giráldez recibirá a la escuadra alicantina, que peleó hasta el final por un ascenso directo que terminó concretando el Amorebieta. El choque será en Vigo, eso seguro, pero todavía falta por saberse la hora y el escenario. La coincidencia con el Celta-Barcelona hace casi imposible que el filial pueda competir en Balaídos. Sin embargo, si la escuadra de Carlos Carvalhal lograse hoy la permanencia en Cádiz, su encuentro podría cambiar de día y habilitar a una vía para que el filial evitase Barreiro.
Será la primera parada de un play-off que se disputará durante todo el mes de junio. Siete días después será la vuelta en Elda y, en caso de pasar, el Celta B pelearía por el ascenso en la eliminatoria decisiva contra el ganador del Barça-B-Castilla.
No será sencillo. El conjunto alicantino está firmando una sensacional temporada, con un fútbol rocoso e inabordable. Ya pasó por Vigo esta misma temporada, cuando visitó O Vao en la Copa del Rey el 13 de noviembre. Estuvo a punto de quedar eliminado, pero un gol de Cris Montes, su jugador más peligroso, forzó la prórroga y tras otro tanto por equipo, el Eldense logró su pase en la tanda de penaltis. Después eliminó al Burgos de segunda y quedó eliminado con el Athletic Club.
En el otro cuadro de la fase de ascenso competirá el Deportivo. El equipo coruñés, cuarto, se medirá al Castellón, con el primer partido este domingo en Riazor. El ganador de ese cruce se las verá con el vencedor del Real Sociedad B-Alcorcón. El ascenso espera al final.
