La viguesa Susana Garabatos se convirtió en Atlanta'96 en la primera nadadora gallega en unos Juegos Olímpicos

Brazadas excepcionales

La viguesa Susana Garabatos junto a la Reina Doña Sofía durante los Juegos Olímpicos de Atlanta'96.
La historia de la natación gallega está indisolublemente ligada a dos vigueses que defendieron la enseña del Real Club Náutico. El recordado Alejandro Febrero, fallecido hace año y medio, fue el primer nadador de la comunidad en unos Juegos, los celebrados en Londres –sede de la cita olímpica de este año– en 1948. Por su parte, Susana Garabatos tuvo el honor de convertirse en Atlanta'96 en la primera nadadora olímpica gallega.

El coruñés Fernando Gómez-Reino (Montreal'76) y la ourensana Paula Carballido (Sydney'00) completan la escueta nómina de representantes de la natación gallega en la historia de los Juegos. La falta de medios es una de las razones de dicha escasez y también fue uno de los motivos que llevó a la propia Susana a abandonar su ciudad siendo casi una niña.

En febrero de 1989, cuando aún no había cumplido los 10 años, el entrenador del Náutico José Luis García García se fijo en ella en un campeonato escolar al que Susana acudió en representación de su colegio, el Rosalía de Castro. Aquél fue el inicio de una frenética carrera. En 1991, se proclama subcampeona de España júnior de 100 metros libres. En 1992, se cuelga la medalla de oro en el Meeting de Luxemburgo, su primera experiencia internacional con la selección española. En 1993, es becada para entrenar y estudiar en Málaga, en un centro de alto rendimiento especializado en natación en el que permanecería cuatro años.

'Hoy en día hay más medios, pero entonces ni siquiera había una piscina de 50 metros en Galicia', recuerda una Susana Garabatos a la que la natación mantuvo lejos de su casa durante muchos años. Tras dejar Málaga, estuvo un año en la Residencia Blume de Madrid y posteriormente fue a Barcelona. El esfuerzo mereció la pena: 'Volvería a hacer lo mismo. Conocí a mucha gente y tuve el privilegio de competir en unos Juegos', valora.

La nadadora viguesa brillaba en las citas nacionales y competía con frecuencia a nivel internacional. El Campeonato de Europa de Viena en 1995, en el que logró el quinto puesto en el relevo 4x100 metros libres, fue el paso previo al mayor éxito de su carrera: su presencia en los Juegos Olímpicos de Atlanta'96. 'Es el sueño de cualquier deportista, el objetivo que todos nos marcamos. Para mí, estar allí ya era un premio', destaca.

El relevo 4x100 español, que se pasó dos semanas entrenando en Orlando para aclimatarse, logró su mejor marca y obtuvo el décimo cuarto puesto en Atlanta. Susana disfrutó al máximo de la experiencia: 'Convivir con los mejores deportistas en la villa olímpica era increíble. Y la inauguración me encantó. Recuerdo la emoción al desfilar entre tanta gente'.

Con sólo 17 años, Susana Garabatos había cumplido el sueño de todo deportista. 'Después tuve un par de años bastante flojos. Creo que acusé la sobrecarga de entrenamientos', admite. No obstante, volvió a competir con España en citas internacionales, si bien no consiguió una plaza en Sydney y dejó la natación en 2002.

Había llegado el momento de iniciar una carrera profesional y una vida al margen del deporte. Hoy en día, Susana Garabatos, técnico en prótesis dentales de formación, es funcionaria y lleva tres años residiendo en Tenerife. Tiene un hijo de sólo nueve meses, Iker Hernández Garabatos, que algún día sabrá que su madre hizo historia en la natación gallega.n

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