El excéltico Borja Iglesias era uno de los protagonistas del primer partido de la temporada de Celta y Espanyol, porque el santiagués pasó de un club a otro este mismo verano a cambio de 10 millones de euros.
Por lo tanto, regresaba a Vigo con la duda de saber cómo lo recibiría la parroquia celeste. Y, aunque hubo de todo, los que más se hicieron notar, como siempre, fueron los que apostaron por los silbidos cada vez que el delantero entraba en contacto con el balón.
Lo cierto es que no fue el encuentro más participativo de Iglesias. Al ariete le costó entrar en ritmo, sobre todo por el mayor control celeste en el arranque de partido. Se le vio poco, pero lo suficiente como para protagonizar un par de claras oportunidades.
En la primera parte, un pase filtrado que Cabral no supo despejar acabó favoreciéndole. Sin embargo, Sergio estuvo más veloz y le ganó la partida en el mano a mano. Ya en la segunda mitad, Didac realizó una buena subida por su banda y centró raso hacia el borde del área, donde Iglesias se hizo sitio con habilidad pero erró en el remate.
En el minuto 70, Joan Françsec Ferrer 'Rubi' decidió sustituir al excéltico, que se fue del campo entre pitos y algún tímido aplauso.
