Dominar las aguas es un don que no muchos tienen. Algo tan peligroso, con tanta complejidad técnica, conlleva una experiencia previa que solo te da el navegar cada día. Vivir por y para ello. Así se crió el vigués Gonzalo Araújo, entre grímpolas y la brisa marina. Yendo de puerto en puerto, y (casi) siempre en primera posición. Hace dos semanas conquistó la Copa del Rey de Vela con la embarcación del Náutico de Palma “Palibex-Elena Nova”, en la que compartía faena con tres vigueses más: los hermanos Pablo y Marcos Iglesias y Javier de la Gándara. Lo hizo sin contemplaciones, por 13 puntos de ventaja respecto al segundo clasificado.
“Es la tercera vez en 15 años compitiendo que gano la Copa del Rey. Queda claro que no puedes ganar siempre pero, cuando lo haces, lo disfrutas mucho”, señala Araújo que, además del triplete de victorias en la competición reina, también cuenta con 6 segundos puestos, uno de ellos el año pasado a bordo del “OneGroup”. Pero en 2023 sabía que podía ganar gracias a un “equipo muy fuerte y una preparación perfecta. Se vio plasmado en el mar todo el trabajo que hicimos durante el año”.
Araújo, que asumió el rol de director táctico para la competición, admitió que las características de la embarcación, sensiblemente más pequeña que las otras en la categoría de cruceros, hizo que cobrase importancia su trabajo en cuanto a la colocación y la salida de las regatas: “Tuvimos un par de días donde el comienzo fue perfecto para nosotros y ahí sacamos una ventaja importante. Luego, navegar de una forma inteligente, sabiendo por dónde tienes que ir, fue también fundamental”. Esa tarea también correspondió a Araújo, con la ayuda siempre de Pablo Iglesias.
Si se toma como referencia la clasificación final, la sensación es de auténtica superioridad por parte del “Palibex-Elena Nova” aunque, según el vigués, “no fue así. En la clasificatoria quedamos solo medio punto por delante de la embarcación argentina y algunas victorias tan solo las conseguimos por segundos de diferencia”. Aún así, todas las injerencias climáticas fueron aprovechadas por el barco del Náutico de Palma: “Un día tuvimos un viento que nos favoreció, pero en los demás tuvimos que buscar alternativas para sacar ventaja, porque los rivales eran más rápidos que nosotros”.
La preparación “lo fue todo para nosotros. Estábamos convencidos de ganar”, con un grupo “muy unido” y con la perfecta gestión del viento y las salidas, dos puntos clave en la regata vivida en Palma. Pese a que suma su tercera victoria, no conseguía alzar el trofeo desde 2011 a bordo del “Bribón”: “Uno no se cansa de ganar, pero bien es cierto que la primera es la que más ilusión te hace. Para llegar hasta aquí he tenido que perder varias veces, no siempre es posible ser el primero y, por ello, hay que darle la importancia que se merece esta victoria”. Pero nunca se rinde. “Intentar ganar es nuestro trabajo", declaró.
Además, el “Palibex-Elena Nova” consiguió la victoria navegando en aguas conocidas, lo que le dio un punto extra a la navegación. Pero, en Palma, el sol también pasa factura: “Fue muy duro. Había que estar bebiendo continuamente para evitar la deshidratación y la competición era muy larga y tienes que mantener la intensidad en todo momento. A veces es más duro el cansancio mental que te da el mar que el físico”. Gonzalo Araújo vuelve a ganar y se proclama (de nuevo) rey de los mares en Palma.
