Con un gran número de jugadoras estudiando, la rutina del Conservas Orbe Rubensa Porriño está marcada por esta actividad y, de hecho, el entrenador Isma Martínez admite que "se nota cuando tienen exámenes. Están más cansadas porque descansan menos y es algo que se puede percibir. No obstante, la política del conjunto presidido por Abel Estévez es fomentar la carrera académica de sus integrantes. "Intentamos que todas las jugadoras se formen, es nuestra filosofía de club y varias que no lo hacían, empezaron a estudiar aquí", relata el presidente Abel Estévez.
La política afecta al primer equipo, pero también a la base porque el club de A Louriña tiene alquilada una casa en la localidad con cuatro jugadoras de edad juvenil desde 2019. De esta forma, compaginan el bachillerato con los entrenamientos y lo hacen al cuidado de Iris Sanjuán, exjugadora de la entidad, que reside con ellas. Anastasija Doder, Marta da Silva y Laura Magdaleno se mantienen en la residencia y este año se unió Carla Batasar, tras mudarse Ithaisa Trigo, que volvió con sus padres porque se mudaron a O Porriño.
La ausencia de ayudas
Una de los aspectos llamativos de compaginar estudios universitarios y deporte de alto nivel en División de Honor son las escasas ayudas que reciben las jugadoras. La porriñesa Alicia Campo, en la Universidad de Vigo, describe que "no hay ninguna ayuda por ser estudiante universitaria. No nos tratan como deportistas de alto nivel. Tengo la suerte de que mis profesores nunca me pusieron problemas por cambiar algún examen. Tengo que negociar, hablar y justificar todo. Y con toda la suerte de que me entienden y ayudan. Pero dependo de su buena voluntad".
La situación es diferente para Estela Carrera, pero debido a la universidad privada. En su caso, "hablé con la UCAM y me becaron. La verdad es que estoy muy contenta con ellos. Apoyan a los deportistas y me dan muchas facilidades. Nos ayuda a la gente de alto rendimiento y el requisito que tengo es disputar con ellos el Campeonato de España universitario. Y, además, también es un torneo que me hace ilusión. Hago todo a distancia", explica la portera.
Como es habitual en un equipo, muchas de las jugadoras estudian temas relacionadas con el deporte: Carme Castro (fisioterapeuta), Aitana Santomé (CAFD), Sandra González (CAFD) y Anthía Espiñeira (acondicionamiento físico). Otro grupo importante es el de profesoras, con Claudia Kaulback (primaria), Alicia Campo (primaria), Inés Hernández (educación especial) y Sarai Samartín (infantil). Andrea Amarilla (bachiller) y Estela Carrera (psicología) incrementan un listado que tiene a la guardameta Begoña Otero (administración y dirección de empresas) y a Mónica Soares (auxiliar de veterinaria) como las alejadas del mundo deportivo a nivel formativo.n
