La obra avanza en la curva de San Gregorio y la nueva edificación acabará tapando a los dos niños de Lula Goce que conmovieron a la ciudad desde que los pintó en 2017. La propia artista, natural del Val Miñor, lamentaba hace unos meses esta desaparición. “Los espacios urbanos son cambiantes, tengo asumido la destrucción de obra, pero tendría que haber una planificación a más largo plazo”, declaró en su momento a Atlántico.
La otra cara de la moneda está fuera de las fronteras, donde Goce no ha dejado de trabajar en estos meses. Hace unos días colgaba en sus redes sociales su última obra, el encargo de Naciones Unidas por su 75 aniversario en la Biblioteca Nacional de Bruselas: “Es la metáfora de la Madre Naturaleza, trata de proteger la biodiversidad y la vida del cambio climático y la degradación de los espacios naturales por parte de los humanos” . Así presentó el monumental retrato, en el que hace un guiño a la tradición pictórica flamenca y que llega con un mensaje ecológico: “Somos parte de la naturaleza y en nuestras manos está preservar y cuidar el medioambiente”.
Pero no es lo único que miñorana firmó este verano. En París, finalizó un mural en Montmartre comisariada por Street Art Man Kind en colaboración con la UN women. También en Francia pintó la fachada de un inmueble de viviendas en Ville de Chateau y en Grenoble, en los Alpes, retrató a Ophelia. En Vigo aún tiene el mural del Cunqueiro y la medianera de A Florida, votada en las redes como el mejor mural de 2020.
