La alcaldesa busca financiación para rehabilitar los sepulcros en la iglesia de Santa Baia
La intención del Concello y de la comunidad parroquial es poner en valor patrimonio "olvidado". La alcaldesa Nidia Arévalo busca financiación autonómica con el fin de restaurar los sepulcros y el presbiterio de la Iglesia de Santa Eulalia de Mos. Los restos de los primeros Marqueses de Mos están enterrados en esta iglesia que es una espléndida joya del arte sacro. Y el cura párroco, David López, encargó un proyecto de restauración -ya redactado-, que incluye también el Presbiterio. Nidia Arévalo, David López y el teniente alcalde, Camilo Augusto, se desplazaron al templo parroquial para visitar los sepulcros donde reposan los cuerpos, vestimenta incluida. En el sepulcro de la derecha está el que fue nombrado primer Marqués de Mos por el Rey Carlos II de España, el 6 de noviembre de 1686. Don Gabriel Sarmiento de Sotomayor, fallecido en 1706, en Gundián de Petán que primero fue enterrado allí hasta que sus restos se trasladaron a la Iglesia de Santa Baia, en 1720. En el frontal de la tumba, justo en el centro, puede verse una decoración policromada del que podría ser el escudo del marquesado, con colores rojos, verdes, blancos y azules. Y en el perpiaño de la izquierda hay una cartela en la que, con dificultad, aún puede leerse: “Aquí esta don Gabriel Sarmiento de Quirós Marqués de Mos y gentilhombre de la Cámara de su majestad que goza de Dios, que falleció en julio de 1706”. Con el está su esposa, María Bernarda de Alsacia Arember, la primera marquesa de Mos, fallecida en 1729. No figura inscripción alguna pero tal vez al lado derecho del escudo se hiciese referencia, pero la policromía desapareció con el tiempo aunque se pueden ver algunos restos de color rojizo en el interior del arcosolio, muy similares a los que aparecen en el arco de entrada al presbiterio. Sí se conserva al lado izquierdo del sepulcro la policromía del escudo y dos cartelas a ambos lados. En 1719 fue enterrado Juan Correa Sotomayor, arcediano de la Catedral de Santiago, y en 1739, el hijo del Marqués, Antonio Bernardo. Todos los materiales y técnicas que se vayan a emplear en la restauración se ajustarán a los criterios de estabilidad e identificabilidad. Y los trabajos estarán supervisados por un inspector de Patrimonio de la Xunta, que hará visitas periódicas a la iglesia.
