A Picaraña sufre el tercer incendio forestal en un mes

CONDADO
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Los fuegos serían de nuevo provocados, con varios focos. A las nueve de la noche ya estaba estabilizado tras más de dos horas luchando con medios aéreos y terrestres
nnn La parroquia ponteareana de A Picaraña sufrió ayer el tercer gran incendio forestal en menos de un mes, y como los otros dos, con todo el aspecto de tratarse de un fuego provocado, lo que exigió una fuerte presencia de medios para contenerlo y finalmente estabilizarlo, ya entrada la noche. La Consellería de Medio Rural no había dado aún datos sobre la superficie quemada, que podría estar por debajo de las seis hectáreas gracias a la rápida intervención.
Un brigadista que participaba ayer en las labores de extinción estaba convencido de que habían sido las mismas personas las culpables por la forma y el lugar en que se habían iniciado, en torno a la carretera nacional. “Parece que alguien  tiene una maldad enorme, hasta que arda todo no van a parar”, comentaba. 
El incendio de A Picaraña fue de nuevo de grandes dimensiones, con tres focos, hasta el punto de cubría el sol, y el humo alcanzó la propia villa de Ponteareas. Además, en paralelo se destacaba otro en la vecina zona de Guillade, aunque de menores dimensiones y que a las siete de la tarde estaba ya controlado y poco después se había extinguido. 
El de A Picaraña exigió la presencia de varias brigadas sobre el terreno, así como el helicóptero y las avionetas de Beariz y Doade, que operan con base en la provincia de Ourense, y dos hidroaviones, que a las ocho de la tarde todavía estaban sobre el terreno, tratando de parar el avance de las llamas. No obstante, no había ninguna vivienda amenazada, al menos no existía alarma.
La existencia de los focos coincidía con los dos últimos que se han producido en la zona, el del 11 de agosto, el mayor de todos, y el del día 30, indicaron testigos presenciales. 
A las nueve de la noche, A Picaraña continuaba muy activo, aunque había bajado la intensidad de la humareda y se había dado por estabilizado. “Es la misma forma de actuar que en el anterior de Bugarín, con dos focos, esta vez separados, para obligar a dividir los medios de extinción”, señalaban brigadistas que participaron en la lucha contra el fuego en la parroquia de Ponteareas. n

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