La ganadería del futuro llega a Vigo con una granja de insectos

Rubén Recamán es el director de la granja de Galinsect, situada en Ponteareas.
photo_camera Rubén Recamán es el director de la granja de Galinsect, situada en Ponteareas.

La empresa Galinsect impulsa la cría del gusano de la harina, la forma más sostenible de producir proteínas para la alimentación

La granja de Galinsect, impulsada por cinco vigueses, poco tiene que ver con el resto de las instalaciones ganaderas del área, ya que en su explotación no hay vacas, ovejas o cerdos si no insectos. En concreto el 'Tenebrio molitor', conocido como gusano de la harina. A pesar de su pequeño tamaño, estos insectos contienen un 53% de proteína y apenas requieren de recursos para su cría, por lo que su uso se ha popularizado en la alimentación de animales e incluso se permite el consumo humano por lo que apira a convertirse en la ganadería del futuro.

“Ya había algunas experiencias anteriores en la cría de insectos en España pero la mayoría los proyectos son unipersonales, pequeños y sin profesionalizar. Nuestra idea era la cría a nivel industrial”, asegura su director Rubén Recamán. Detrás de esta granja tan particular situada en Ponteareas lo acompañan Pablo y Jaime Moure, Pablo Domínguez y Fernando Castro, cinco vigueses que decidieron lanzar este proyecto al tratarse de una alternativa más sostenible a la ganadería tradicional. “Los recursos hídricos que necesitan los insectos son nulos, ya que captan la humedad a través del ambiente y las verduras que ingieren, además, requieren de muchísimos menos recursos sólidos para su cría en comparación con el resto de la ganadería tradicional y buena parte de este sustrato que se empela para su cría procede de descartes de la industria agrícola”, indica Recamán. De esta manera, la cría del 'Tenebrio molitor' resulta prácticamente inocua para el medio ambiente. Además, los insectos emiten mucho menos CO2 que la agricultura tradicional.

Por ahora desde Galinsect trabajan en consolidar su capacidad productiva. “Tenemos dos granjas que anteriormente se dedicaban a la cría de pollos de las cuales ya hemos adaptado una para su producción y esperamos alcanzar la cifra de 1,5 toneladas comercializables este verano, pero tenemos posibilidades de multiplicar por diez esta cifra en el corto medio plazo”, asegura.

El insecto que crían es  el 'Tenebrio molitor', o escarabajo de la harina.

Además de su uso para la alimentación de los animales, la Comisión Europea aprobó el consumo del gusano de la harina para los humanos, convirtiéndose en el primer insecto en lograr esta autorización, ya sea como 'snack' o como ingrediente para elaborar otros alimentos, una noticia que desde Galinsect esperan que les abra “un mercado enorme”, aunque por ahora la demanda continúa centrándose en su uso para los alimentos de los animales.

En el interior de sis instalaciones los insectos se crían en unas bandejas almacenadas de forma vertical que requieren de poco espacio para su cría. “Es un proyecto de economía circular, intentamos aprovechar subproductos procedentes de la industria agrícola y usarlos como alimentos para los insectos. El único residuo que producen ellos es el estiércol, pero puede ser utilizado como un abono orgánico de gran calidad para el campo, por lo tanto el producto que generamos vuelve otra vez al agro”, afirma Recamán.

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