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Balneario de Mondariz celebra sus 150 años con un pequeño acto muy especial protagonizado por todo su equipo, una gran familia de 150 personas brindando con “agua de la Fuente de Gándara por muchos años más”, dentro de un amplio programa de actividades que ya se están desarrollando desde principios de año en Galicia, Vigo y Madrid. Siglo y medio dedicado a la salud termal, como referente europeo en el turismo de salud y como único caso en el mundo que, por necesidades del establecimiento balneario, originó en 1924 un nuevo municipio con autonomía y moneda propia, y con su nombre: Mondariz Balneario como seña de identidad. La historia comenzó con los hermanos Peinador que fueron los grandes artífices de lo que hoy es el Balneario de Mondariz y todo su entorno, cuando en 1873 el agua de sus manantiales fue declarada de utilidad pública por el Gobierno de España, convirtiéndose así en la única Villa Termal española. Un proyecto del gran arquitecto porriñés, Antonio Palacios, muy conocido por algunos de los edificios más emblemáticos de la ‘Milla de Oro’ madrileña como el actual Ayuntamiento en la antigua Casa de Correos, en la Plaza de Cibeles.
Balneario de Mondariz, que cumple estos días 150 años, se conocía en toda Europa por su historia llena de importantes acontecimientos. Y fue la ‘Belle Époque’ la que marcó una etapa en la que, los veraneos de salud de los españoles y europeos más ‘chics’, lo elegían como destino de vacaciones y encuentros. Una villa termal que internacionalizó el carácter acogedor de los gallegos. Y es que, hablar de Galicia es hablar de la Tierra del Agua: de los mil ríos, del mar, y de aguas mineromedicinales que convierten el noroeste español en un destino de bienestar con el termalismo como tradición centenaria. Y el de Mondariz, es un balneario que nació a mediados del siglo XIX y se consolidó como el preferido a principios del XX, en la ‘Belle Époque’, con “Agüistas” como Isaac Peral, John Rockefeller III, Isabel de Borbón, el arzobispo de Westminster, Miguel Primo de Rivera, el sultán Muley Haffid o el infante Augusto de Braganza, que venían a cuidar su salud en el Balneario de Mondariz. Su casa de baños fue construida en 1880 y a partir de ahí, el Gran Hotel que, en 1900, rivalizó con los grandes balnearios de Baden-Baden, en Alemania, y Bath, en Londres.
El nivel de los termalístas que acudían cada verano, llegó a convertir el Gran Hotel en un centro social, político y cultural internacional del que dieron cuenta Emilia Pardo Bazán, José Echagaray o Pérez Galdós en sus escritos. Un lugar donde el cuarteto Bacarat, llegado cada año expresamente desde París, amenizaba las fiestas y en el que se celebraban reuniones políticas como la de agosto de 1929, entre el jefe del Gobierno español, Primo de Rivera, y el primer ministro de Portugal, Arthur Ivens Feraz a los que se unió posteriormente el jovencísimo John Rockefeller III, heredero de la mayor fortuna de los Estados Unidos. Toda una historia escrita durante 150 años, que dio paso, en el siglo XXI, a toda una industria turística gallega a partir del culto al cuerpo y la necesidad de buscar la fuente de la eterna juventud.
Mondariz, también es agua con historia que desde principios del siglo XX mantiene su propia marca de mesa, que empezó a embotellarse cuatro años después de inaugurar la Casa de Baños, y que dio origen al municipio más pequeño de Galicia. Una villa termal que hoy sigue en activo gracias a la recuperación de su actividad y sus edificios por parte de un grupo de empresarios liderados por el coruñés Javier Solano. Una labor premiada como el Mejor Balneario de España 2005 y 2006; Mejor Alojamiento de Galicia 2007 y el Conde Nast Traveler como Mejor Spa de España 2012; o el Premio Nacional de Salud Ejecutivos 2015 por su proyecto basado en el poder de sus aguas mineromedicinales .
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