Aún estaban cortando la verja que cerraba a cal y canto el puente de Salvaterra con Monçao, y ya varios vehículos esperaban para poder cruzar el río. En apenas una hora, fueron unos setenta los que cruzaron la frontera dejando patente que este puente soporta un tráfico, en condiciones normales, de 10.000 vehículos y que es la espina dorsal de dos ciudades. En Goián con Cerveira, el movimiento diario es de unos 600 coches. En el caso del puente de Arbo-Melgaço, con menos movimiento de vehículos pero también de gran importancia en la relación entre ambas poblaciones, la mayoría de los vehículos que se acercaron ayer pudiendo pasar. Algunos, sin embargo, José Rodrigues, que pretendía llegar hasta una tienda en Arbo para comprar simiente para su cosecha de pepinos no logró su propósito y tuvo que regresar a su casa sin lograr su propósito. Otros si pudieron pasar, como fue una pareja, él gallego, ella portuguesa, que lleva tres meses sin ir a la casa que tienen en territorio luso. También dejaron pasar a españoles que residen en Portugal para ir a comprar medicamentos. Menos éxito tuvieron los que intentaron llenar el depósito en la gasolinera próxima a la frontera y que suele atraer a muchos automovilistas lusos.
La opinión de los alcaldes
"Es necesario un plan estratégico para aplicar en el territorio"
El presidente da Câmara de Melgaço, Manoel Batista, cree que la apertura del puente servirá para que "las personas puedan circular y sean la gran familia que siempre fueron". Reclamó además inversiones en toda la franja transfronteriza.
"La apertura total permitirá reactivar la actividad en todos los ámbitos"
El alcalde de Arbo, Horacio Gil, mostró su satisfacción, pero recordó que hasta "que no se abra para todos el mundo, con las medidas sanitarias necesarias, no podrá reactivar en todos los ámbitos una región que cuenta con una actividad muy intensa".
"Esta era una reivindicación conjunta de todos y fue entendida"
"La apertura de las fronteras ha sido muy positiva. Era una reivindicación conjunta y ha sido entendida", explicaba la alcaldesa de O Rosal, Ánxela Rodríguez, que destaca el "proyecto común y la vida en conjunto de las gentes de ambos lados del río".
"Parece que tomaron conciencia de cómo se vive aquí"
"Es una gran satisfacción, aunque la decisión llegó tarde y hubo que esperar mucho tiempo. De todas formas, parece que en Madrid y Lisboa han tomado conciencia de cómo se vive en estos municipios de la frontera", dijo el alcalde de A Guarda, Antonio Lomba.
"La reivindicación permitió poner el territorio en el mapa"
"Esta situación logró que todos los alcaldes, independientemente de su color político, se uniera para reivindicar la reapertura. Logramos poner este territorio en el mapa", aseguró la alcaldesa de Tomiño, Sandra González una vez finalizado el acto.
