El municipio de Covelo, en la comarca de Paradanta, tiene una población de unas 2.500 personas, de entre las que 23 jóvenes podrán votar por primera vez este domingo en sus respectivas mesas electorales.
Desde el Concello de Covelo señalan que, en edad de Erasmus y exámenes finales, no todos podrán rendir homenaje al Decreto-Ley que regula la edad para poder empezar a votar, ya que algunos de ellos no llegaron a tiempo para poder hacerlo por correo. Es el caso de Andrea González de la parroquia de Paraños que, en esta ocasión, no podrá participar en los asuntos públicos.
Desde Malta anima a su melliza, Sofía, que sí acudirá a las urnas acompañada de sus padres. Ella irá a la mesa electoral de la Casa Cultural de Paraños, en Moeiros, para votar de forma presencial tal y como vio hacer a sus padres a lo largo de estos años cada vez que los acompañó. Está indecisa y consultará en casa para tomar la decisión. Tiene 19 años y estudia un ciclo de Finanzas. Ella, al igual que Saúl Gómez o Cristian Ferreira y Daniel Eduardo Casal, tienen claro que crecer en el rural fue “una fortuna”. También opina lo mismo Lorena González que tuvo en cuenta los plazos y votó por correo desde Mallorca.
Pero no todos tienen su voto tan claro. Excepto Saúl, estudiante de Ingeniería Mecánica, y Lorena que vive sus primeros meses de independencia en la isla mediterránea, el resto apura los minutos y lo consultaron en la casa o incluso con las amistades, porque según explican, “votar en las municipales es votar a la persona y como somos una villa pequeña casi todos nos conocemos de siempre y no necesitamos mucha antelación para reflexionar la decisión”.
Piensan que no será lo mismo cuando tengan que afrontar unas elecciones autonómicas o estatales, “en este caso tendría que informarme más, saber qué quieren hacer, qué programa llevan y tener en cuenta otras necesidades y aspectos”, matiza Saúl, que ya votó por correo.
En lo que si coinciden todos es en destacar que son mucho más motivadoras y emocionales las elecciones municipales que las autonómicas o las estatales. “Votar es muy importante, seremos partícipes de la elección de la persona que conducirá nuestra villa”, explican tanto Sofía como Saúl. Excepto Manuel Novas, del barrio de Medelas, que también se estrenará como votante, estos jóvenes no se imaginan siendo políticos en el futuro, pero sí estar en una mesa electoral “cumpliendo con la obligación que supone ser notificado aunque suponga cierto nerviosismo”, tal y como comenta María González que fue seleccionada como primera suplente de la presidencia de la mesa electoral del centro urbano.
