El Celta, una sangría fuera de casa

Como un moderno prometeo, el Celta gana en casa lo que pierde fuera. O viceversa. El caso es que los grandes lunares del equipo celeste esta temporada están siendo los partidos a domicilio y los goles encajados. Cuando ambas problemáticas se juntan, sale resultante que el equipo vigués es el segundo visitante más goleado de la Liga con 18 tantos. Solo lo empeora un Real Valladolid que encajó siete de una tacada en su comparecencia en el Camp Nou.

Así las cosas, el problema está bastante detectado cuando el equipo de Claudio Giráldez sale de Balaídos. Bien es cierto que en casa, la cifra de tantos no es ni mucho menos baja (9), pero la sangría llega a domicilio con el doble de dianas encajadas. Juntos hace un total de 27, que convierten al equipo vigués en el segundo más goleado de la competición, igualado, precisamente, con el Espanyol.

Y es el triunfo en Las Palmas (0-1) contra pronóstico -el cuadro vigués jugó más de media hora con nueve- el que evitó peores guarismos a domicilio. Además de la única victoria, fue el único encuentro con portería a cero. En los otros seis choques como visitante, no es que el Celta haya encajado en todos, sino que siempre fueron dos o más goles. En Villarreal, en el primer duelo fuera de casa del curso, cayeron 4 (4-3). En Pamplona fueron 3 (3-2), los mismos que en Bilbao (3-1) y que en Leganés (3-0). En Sevilla el tanteador se quedó en 2 (2-2) en el otro choque en el que los celestes puntuaron. Ayer, el conjunto perico le metió otros tres. Es decir, que los 18 goles en contra llegaron en seis partidos.

Varias son las causas de este problema. La principal, el carácter eminentemente ofensivo del equipo de Claudio. A partir de ahí, la concesión de más saques de esquina y faltas laterales va ligada a los problemas para defender la pelota parada, entre otras cosas. Una sangría que debe terminar.