El Celta y el Racing de Ferrol vuelven a cruzar sus caminos en un momento crucial, especialmente para el conjunto ferrolano. El duelo entre el filial celeste y el primer equipo departamental definirá si el primero alcanza la fase de ascenso a Segunda y si el segundo se salta dicho preludio para regresar al fútbol profesional de manera directa tres lustros después. Una pérdida de categoría en la que aparece, como actor secundario en la siempre dramática última jornada, el club vigués.
Porque aquel curso 2007/2008 fue el primero del Celta tras su descenso a Segunda y coincidió en la categoría con el Racing. Tras una campaña para el olvido con hasta cuatro entrenadores, al menos los célticos lograban llegar a la última jornada con la salvación cerrada. No le sucedió lo mismo al Racing, que necesitaban ganar su partido ante el Castellón (1-0) y que fallase, por ejemplo, el Alavés, rival del Celta en ese último episodio en Balaídos.
Las noticias que llegaban desde Vigo fueron buenas de inicio, con un gol de Fabián Orellana. El Racing ya iba ganando al descanso y todo parecía encaminado. Pero aquel equipo entrenado en las últimas jornadas por Alejandro Menéndez, promocionado desde el filial, encajó tres goles del Alavés en apenas nueve minutos (del 69 al 78). Un hundimiento celeste que dio al Racing el último empujón hacia la Segunda B.
Quince temporadas después, el Racing tiene en su mano el retorno y, de nuevo, aparece un Celta de coprotagonista en una última jornada. Además, con un equipo ferrolano con futbolistas con pasado celeste como Álex López, Joselu o Manu Justo.
El ambiente está asegurado, pues A Malata va a registrar un lleno. La afición racinguista impulsará a los suyos, mientras que el Celta dispone de 300 entradas para repartir entre sus abonados. Los dos equipos tienen una situación parecida: parten con la renta de un punto ante el rival que les puede quitar el premio. El Racing tiene que igualar o mejorar lo que haga el Alcorcón; el Celta B, lo mismo pero con el Linares. En un ideal, los dos pueden lograr sus objetivos pero, de entrada, necesitan ganar.
