El Celta celebra sus cien años de historia con 1.500 niños y niñas

El pasado del Celta se dio la mano con el futuro ayer en el ‘Centenario cos Cativos’, uno de los actos programados por el club celeste con motivo de la celebración de sus primeros 100 años de historia. Cerca de mil quinientos niños y niñas se dieron cita en el Auditorio Mar de Vigo para disfrutar de los malabarismos de Anto Sanz, campeón de España de fútbol freestyle y octavo en el ránking mundial de esta modalidad deportiva, y de las palabras de dos perlas de la cantera céltica, Iago Aspas y Gabri Veiga, que respondieron a las preguntas de diez pequeños.

Además, se proyectó un vídeo en el que se contaba de forma breve y didáctica la historia del club, desde los primeros partidos de los ingleses en la Alameda hasta la fusión del Vigo Sporting y el Fortuna, y desde los primeros partidos de liga del actual Celta hasta sus incursiones en Europa pasando por momentos trágicos como el asesinato de Quinocho o el accidente de Alvelo. Todo ello, al precio de un euro la entrada y cuya recaudación se destinó al Banco de Alimentos, dentro de la campaña ‘100 anos-100 toneladas’.

Pero el momento que esperaban todos los asistentes era el encuentro con las dos estrellas del Celta presente y Aspas y Veiga no defraudaron a sus incondicionales. El moañés reconoció que el partido en el que más disfrutó con el equipo vigués fue el primero en Balaídos, contra el Alavés, porque “nos jugábamos la vida y pude jugar media hora, marcar dos goles y salir a hombros. Creo que es el sueño de cualquier niño: poder disfrutar de un partido en Balaídos, meter dos goles y ver ganar a tu equipo”.

Gabri Veiga, por su parte, respondió a la pregunta qué es lo más duro de ser futbolista: “Siempre digo que somos unos verdaderos afortunados por hacer la profesión que amamos y creo que todo el esfuerzo y el sacrificio vale la pena, pero sí que es cierto que cuando eres pequeño y tus amigos tienen otro ritmo de vida y pueden hacer otras cosas, si quieres conseguir tus sueños tienes que privarte de cosas. Y yo he llegado a casas muchas veces incluso llorando, fastidiado, pero no tengo duda de que ha valido la pena”.

El acto, conducido por el actor Carlos Veleiro, terminó con los mil quinientos niños entonando a voz en grito el himno del Celta.