A Óscar Mingueza no le molesta su evolución futbolística hacia posiciones más ofensivas. Al contrario. “Estoy muy cómodo en esa posición”, apunta refiriéndose a los dos últimos encuentros. Pese a las dificultades. “El partido del otro día era difícil para jugar entre líneas porque ellos apretaban en la primera parte. En la segunda, cuando van ganando, ya te dejan un poco más de espacio. Fue un partido difícil para jugar ahí pero estoy muy contento, muy cómodo”, reitera. Y deja caer un motivo más en absoluto menor: “Me lo paso mejor que de defensa -sonríe-. Aunque estoy aquí para ayudar al equipo donde me ponga el entrenador”.
Haciéndose todavía a moverse a esa altura del campo, reconoce que le faltan mecanismos. “Tendría que tirar más a puerta. Jugando en esa posición tienes que mirar más a portería, tienes que marcar más goles. De hecho, juegue en la posición que juegue, tengo que intentar mejorar eso”, admite.
Quien lo mueve sobre el campo es el entrenador, Rafa Benítez, y el ex culé niega que no haya fe en la idea del entrenador dentro del vestuario. “Todos los jugadores confiamos a muerte en el staff. Estamos todos juntos en este barco. La afición tiene que seguir apoyándonos y estar juntos en este barco con el staff y con los jugadores”, apunta como discurso aprendido, lo que no quiere decir que no sea sentido.
Mingueza se formó en una idea de juego clara en el Barcelona. Preguntado sobre el actual Celta también tiene una propia, responde que “al cambiar el entrenador, cambias la idea de juego. Pero, con el tiempo, cada vez tenemos más claras las cosas, vamos mejorando. Esto es un proceso y vamos por el buen camino. Hay que seguir trabajando. Con el tiempo -reitera-, estoy seguro de que van a llegar las victorias”.
El céltico afirma, así mismo, que los cambios en sistema y jugadores de las últimas semanas no despistan a los jugadores. “El que tiene la idea de lo que quiere hacer es el míster. Tenemos que hacer lo que él quiere. Por suerte, hemos trabajado todos los sistemas en los entrenos. Es difícil, de un día para otro, tener clara la idea con un sistema o con otro. Vamos entrenando y jugando y cada vez tenemos más claras las ideas y es más fácil cambiar de un sistema a otro. Ya se vio el otro día, que estábamos con cinco y estaba costando, pasamos a cuatro y el equipo mejoró”, recordó. Pero aclaró enseguida que no es que se decante por un dibujo: “Eso no quiere decir que con cuatro juguemos mejor porque depende de cada partido. En algunos ha sido al revés, hemos estado con cuatro sufriendo y pasamos a cinco para jugar mucho mejor. Depende de lo que necesite el partido. Lo ideal sería que todos tuviéramos claro lo que hacer en cada situación en cada sistema y en eso estamos trabajando cada día”.
Formado en La Masía, Mingueza afronta otro duelo contra el Barça. “No están consiguiendo los mejores resultados pero sabes que juegas contra buenos jugadores, que están muy bien trabajados y que tienen la idea de juego muy bien metida. Estén bien o estén peor, va a ser un partido muy difícil. Depende mucho de nosotros, de que afrontemos el encuentro de manera muy seria, de que estemos muy juntos todo el partido y de que no tengamos esos errores de atención o de no estar metido en el partido”, señala. Para muestra, la primera vuelta: “Ya vimos allí que en cinco minutos te pueden crear cinco ocasiones y meterte dos goles. Tenemos que hacer un partido muy bueno para poder competir”.
En cuanto a planteamiento, aboga por “estar juntos y el rato que se pueda tener nosotros el balón, intentar que corran y sufran. Y estar muy acertados en las dos áreas”. La receta del triunfo.
