Más allá de los habituales exámenes médicos de cada inicio de temporada, los ojos del celtismo estarán puestos en la enfermería, con un nombre principal en mente y otro algo más secundario: Iago Aspas y Agustín Marchesín. Ambos terminaron con problemas físicos de consideración la pasada temporada y habrá que ver en qué punto de recuperación se encuentran en el retorno al trabajo.
La cuestión de Iago Aspas tiene calado. Porque la lumbalgia que le impidió rendir a su nivel los dos últimos meses de la pasada Liga es un problema perenne que pasa por fases de mayor dolor. Nunca había pasado por una tan aguda y tan duradera, con lo que a buen seguro que el cuerpo médico celeste, que lidera Juan José García Cota, prestará especial atención al estado de la espalda de la estrella celeste.
Se confía en que las cuatro semanas de descanso y el cuidado que siempre tiene Aspas con su físico ayuden a que lo vivido en esas últimas jornadas no sea norma. El cuidado será mayúsculo, pero siempre es interesante ver cómo responde el cuerpo del moañés en el regreso de los entrenamientos reglados.
El caso de Marchesín es más concreto, aunque no menos trascendente. El meta argentino se rompió el tendón de Aquiles izquierdo durante un entrenamiento los primeros días del pasado mes de febrero. Ha ido cubriendo fases en su recuperación pero, en principio, no se esperaba que pudiese estar disponible para el arranque de la temporada. Con todo, habrá que comprobar el estado real del guardameta, que puede influir en las decisiones que se tomen en el mercado sobre la portería.
También terminó la pasada temporada lesionado Joseph Aidoo, con una rotura fibrilar de grado I en el bíceps femoral izquierdo. Sin embargo, ya ha jugado con su selección, con lo que su recuperación es total. Con él el problema pueden ser las ofertas.
