La fórmula Campos no convence al Celta

Los resultados, los diseños de plantilla y la lejanía juegan en contra del luso, que apunta a romper con el Celta en junio

Publicado: 29 nov 2023 - 06:30 Actualizado: 02 dic 2023 - 12:04

Juan Carlos Calero y Luís Campos, en el acto del centenario del Celta el pasado agosto.
Juan Carlos Calero y Luís Campos, en el acto del centenario del Celta el pasado agosto.

No hay una decisión definitiva tomada, pero sí constancia de que hoy el método Luís Campos no está funcionando en el Celta. No son pocas las voces que dentro del club ponen en entredicho la fórmula de un director deportivo externo, sea cual sea su identidad y su teórica capacidad en los mercados, por lo que la relación apunta a cerrarse cuando lo haga el actual contrato en vigor, el próximo verano.

Desde la llegada de Campos al club, tras el primer trimestre de 2022, se era consciente de la novedad que suponía contratar a una empresa y no a una persona física para hacerse cargo de la dirección deportiva. Más aún cuando la propia entidad disponía y dispone de su propia sección de analistas de cara al mercado. Con todo, la figuta de Luís Campos, avalada por sus éxitos en Francia y por su innegable conexión con los grandes de Europa, invitó a pensar que suponía dar un paso adelante para moverse en las procelosas aguas de la compra venta de futbolistas.

El primer problema fue la coexistencia con Eduardo Coudet, por entonces técnico celeste. El argentino estaba acostumbrado a tener voz, voto y capacidad de decisión en los fichajes y el club, con el ex director general Antonio Chaves como principal hacedor, tuvo que remar entre dos aguas hasta que la cuerda rompió por el lado del técnico.

Fue entonces, hace poco más de un año, cuando Campos tomó realmente el mando en el ámbito deportivo. Suya fue la llegada de Carlos Carvalhal, que salvó al equipo en la última jornada y quemó su crédito con ese mal final. Además, el club vivió entonces un proceso de recambio interno centrada en las salidas del mentado Chaves y de Carlos Mouriño de la presidencia, los dos hombres que habían gestado el inesperado aterrizaje en Vigo del gurú portugués.

Las relaciones con la nueva dirección, personalizada en Marián Mouriño, fueron positivas de inicio, con un trabajo conjunto en el pasado mercado veraniego. Pero los resultados no han acompañado y tampoco se ha producido un movimiento en el mercado, tanto de entrada como de salida, que se valore tan especial como se presuponía por la figura de la dirección deportiva. Las principales ventas el pasado verano ya estaban en el club antes de Campos (Gabri y Javi Galán) y sus apuestas personales (Larsen, De la Torre, Swedberg, Bamba o Douvikas) han tenido un rendimiento nada espectacular. Aunque no se duda de la valía de la mayoría de ellos, la falta de tranquilidad clasificatoria derivada del diseño de las plantillas de las dos campañas no está permitiendo el crecimiento esperado ni la revalorización que permitiría ventas con amplias ganancias, lo que a su vez permitiría dar un paso adelante en el nivel de inversión. Da la impresión de que la misma sorpresa negativa que se ha llevado Rafa Benítez este verano con el límite salarial, que tanto coharta, le sigue pesando a Campos.

El día a día

En tal caldo de cultivo, no ayuda que el portugués no esté en el día a día en Vigo. La figura de Juan Carlos Calero, el hombre de la empresa en Vigo, no basta para paliar esa sensación de lejanía, propia de la fórmula escogida pero no asumida. Fuera del club se considera que la dirección deportiva no pone todo el esfuerzo que debiera; dentro el convencimiento no es tanto, pero sí que hay quien añora un director deportivo que dependa del propio club y que dé la cara ante entrenador y jugadores.

Todo ello, con la imponente figuta de Rafa Benítez, acostumbrado a ejercer de manager en Inglaterra. No es el caso en el Celta. Aún.

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