Entrevista al entrenador del Celta

Claudio Giráldez: “La idiosincrasia del Celta es ser valiente y propositivo; lo he mamado desde niño”

Claudio Giráldez posa para Atlántico.
photo_camera Claudio Giráldez posa para Atlántico.

“Implantar el modelo de juego con la temporada empezada es la parte que más energía nos ha costado”, asegura el técnico celeste

 

Como amante del vino, habrá festejado la permanencia con alguno bueno.

Sí, alguna botella de vino siempre tomamos para celebrar los momentos importantes. Me gusta porque mi padre y mi tío eran medio enólogos, pero lo mejor es poder compartirlo

¿Ha podido asimilar estos meses?

Es difícil. Cuando esté de vacaciones, con tranquilidad y calma con la familia, le daremos la realidad que tiene esto que ha pasado. Cuando estás en el filial de un club como el Celta, siempre piensas que puede pasar y que trabajas para estar preparado por si el club necesita de ti. Todo pasó muy rápido, pero también muy bien. Con sus momentos complicados, claro, pero con un final feliz.

¿Cómo es implantar su modelo con la temporada lanzada a un grupo que venía de una idea opuesta?

Es la parte que más energía nos ha costado. Es como meter una temporada entera en pequeños fascículos a través de ideas lo más concisas posibles en tres idiomas. No nos fuimos a grandes retoques, sino a tener claras las líneas maestras. Hicimos mucho trabajo de vídeo porque a estas alturas no es fácil en el campo. Pero cuando la gente quiere escucharte y cuentas con muchos jugadores que tenían esa idea metida en la cabeza, sigue siendo complicado pero es más natural.

 

 

Tras una trayectoria como técnico formativo, ha llegado a la élite. ¿Qué cambios ha notado?

Nuestra forma de ver la vida es que tenemos que seguir aprendiendo permanentemente. Por eso mantenemos esa parte formativa. No solo hacia los demás, sino hacia nosotros mismos. Estamos siempre atentos, escuchando, aprendiendo y de esa vocación no vamos a desprendernos nunca. Para mí es el camino para mejorar como jugador, como entrenador y como persona. Y así tratamos de transmitirlo al grupo. Es verdad que, en etapas formativas, permites que los jugadores se equivoquen más, que tienes más calma. Y en esta situación, con tan poco tiempo, intentas ser más directo e ir más al rendimiento. Es lo que modificas un poco.

Lo más destacado de su modelo es lo ofensivo, pero, ¿cómo es la otra cara? ¿Cuánto trabaja la presión, la altura del bloque, las vigilancias?

Para mí es determinante. La presión es una de las cosas que más trabajamos. Tiene que ver mucho con las líneas maestras que no vamos a cambiar nunca, como la intención de ir a por el rival. Luego hay que ajustar en función de si el otro equipo sale de dos o de tres, si es más directo o más horizontal, si progresa rápido o no... Esos matices están ahí, pero nuestra idea siempre va a ser intentar recuperar rápido la pelota. Por momentos, lo hemos logrado, pero por otros, no. Es una de las cosas que tenemos que mejorar y tenemos que ser más continuos. Sí que estoy contento con la evolución del equilibrio y de las vigilancias. Es lo que peor nos salió en el primer partido en Sevilla porque nos corrieron mucho. Tampoco estuvimos acertados en eso contra el Betis. Pero contra equipos que contraatacan muy bien, como el Atlético o el Athletic Club, lo hicimos muy bien. Los mediocentros y centrales han mejorado mucho en ese aspecto y hemos reducido mucho las situaciones de correr para atrás.

Eso también va relacionado con la mejora del ataque posicional. 

Todo está vinculado. Y eso que a veces estuvimos equilibrados a costa de desordenarnos menos de lo que me gustaría a nivel ofensivo. Pero, evidentemente que sí. No se puede desvincular una fase de la otra.

Otro sello es el cambio a 1-4-4-2 cuando el equipo no tiene la pelota.

Intentamos que los jugadores se queden en posiciones naturales para ellos. Iago, por ejemplo, está cómodo defendiendo en esa primera altura. Williot o Bamba son centrocampistas y están más a acostumbrados a estar atrás. Intentamos que el equipo esté más a gusto en las líneas en las que queremos apretar. El otro día empezamos con Mingueza en la izquierda para que, sin balón, pudiera estar en la línea defensiva, con Hugo en la derecha.

Las cosas de los dibujos, que al final son garabatos en el papel.

¡Exacto! Nos gusta hablar de dibujos y yo también lo hago con los jugadores. Pero son referencias. Luego, empieza el partido y todos se mueven. De lo que se trata es de cómo nos queremos ajustar, dónde queremos ser más fuertes, a qué altura queremos robar, en qué zona hay que protegerse... Hablamos mucho de eso en función del partido.

 

“Iago nos ayuda mucho porque es tremendamente humilde

 

Y el garabato principal es Iago Aspas. Lo que hace lo ve todo el mundo, pero, ¿cuánto no se ve? 

Cuando tienes un jugador así, que lo ha conseguido todo, y es el primero que quiere escucharte, todo es más fácil. Luego dice que no va a ser entrenador porque no le gusta, pero le encanta debatir. Dentro del campo está pendiente de lo que decimos para ayudar a los compañeros jóvenes. También Mingueza, que cuando juega de nuestro lado traslada muchos mensajes. Iago ve cosas que para otros son muy difíciles. Entiende esto de manera colectiva y nos ayuda mucho porque es tremendamente humilde. Siente el Celta como suyo.

 

“Creo mucho en Hugo Álvarez, ha sabido completarse; Damián y Sotelo tienen la capacidad de generar juego y el talento"

 

Hugo Álvarez era clave de su Fortuna, pero no sé si esperaba una irrupción así en Primera.

Creo mucho en él, igual que en muchos jugadores de la cantera. Tiene muchas cosas que mejorar todavía, pero desde la primera vez que le entrené a ahora es totalmente distinto. Conmigo empezó de pivote y lo hizo bien. Pensamos que ponerlo en el carril podía volverlo más continuo y ahora está permanentemente conectado. Es un jugador muy inteligente, muy competitivo. Te quedas con las acciones de talento, pero es un futbolista que ha sabido completarse a sí mismo a través de entender que su potencial podía ser mayor si se aplicaba. También ha mejorado mucho lo físico, si no, mira lo bien que acaba los partidos. Se adapta muy bien a diversas condiciones y ojalá llegue a ser más certero en las áreas porque tiene talento para conseguirlo.

Pensando en el próximo año, diría que Fontán y Carreira se adaptan como un guante a su modelo.

Pues sí. Yo no los entrené directamente, pero los conocemos bien porque siempre estábamos cerca. Son dos jugadores con mucho talento, que quieren mucho al Celta y con los que tengo muy buena relación personal porque son muy buenos chicos. Podrían encajar perfectamente. Es verdad que tenemos muchas fichas y el mercado marcará lo que pase. Sinceramente, no me he puesto a hacer cábalas. Son dos futbolistas de mi agrado, que me gustan y veremos si tenemos la suerte de que estén aquí. Han hecho buenas temporadas, han sido proactivos a lo que el club les ha propuesto y ojalá puedan tener ese premio. Pero lo importante es que les vaya bien el año que viene porque lo merecen y si puede ser aquí, bienvenido sea. A ver cómo encajan las piezas.

Damián y Sotelo llevan la contraria a los que dicen que los centrocampistas modernos deben ser altos y fuertes. 

Los conozco como si fueran mis hijos y encajan perfectamente en lo que quiero. ¡Y corren, eh! Pero luego entienden bien lo que queremos. Son distintos porque Damián es un 6 y Sotelo un 8. Tienen mucho margen de mejora pero ya demostraron que pueden competir en Primera con garantías. Ojalá puedan completarse, hacerse mejores y ser el futuro de este club, porque el talento y la capacidad de generar juego la tienen. Tienen que mejorar cosas, pero cuando la cabeza va rápido y los pies obedecen, es sencillo adaptarte a la exigencia física de la Primera División.

La identidad de un club se construye con varios pilares. ¿Está el modelo de juego entre ellos?

Yo creo que sí. Nosotros trabajamos con esta manera de jugar del Benjamín B en adelante. Cuanto más consecuente seas en esa forma de trabajar con la guinda del pastel, que es el primer equipo, más sencillo va a ser que puedas generar puentes con las categorías inferiores. 

Al Celta del siglo XXI le fue mejor siendo propositivo que reactivo.

Es difícil mantener la misma esencia todas las temporadas porque los resultados mandan y esa inmediatez hace que puedas perder la senda. Pero siempre que este club se ha mantenido en ese camino, ha salido bien. Creo que es lo que sentimos aquí. La idiosincrasia del Celta es ser valiente y propositivo y yo lo he mamado desde niño, cuando iba a Balaídos a ver a Mostovoi y a Karpin, o luego a Borja Oubiña y al propio Iago. Desde esa época mala en Segunda hasta llegar a Europa, el equipo siempre ha salido adelante cuando ha sido valiente y pensaba poco en lo que dejaba atrás y mucho en lo que podía conseguir. Así crecí como aficionado, luego como jugador y ahora como entrenador. Ojalá tengamos calma y tranquilidad para que este proyecto que viene desde el Benjamín B hacia delante nos dé grandes jugadores y grandes resultados.

Hasta el momento, todo le ha ido bien pero, ¿se siente preparado para la famosa soledad del entrenador cuando vengan las malas?

He tocado el fútbol de tantas maneras y, lo que es realmente importante, he tenido tantos problemas a nivel personal y humano... Aunque para muchos sea nuestra vida, es solo fútbol. Yo confío mucho en mi fortaleza mental y mis capacidades. Sé que voy a ser fiel a lo que siento. En los tiempos que corren, sé que es difícil estar toda la vida en un club aunque yo soy tan feliz aquí que me encantaría estar el mayor tiempo posible. Soy consciente de que perderemos partidos, que nos equivocaremos, que nos criticarán y que nos echarán. Por eso, no me vuelvo demasiado loco con lo bueno que me dicen ni me hundo mucho con los momentos complicados. Entiendo que con cada alineación la gente enloquecerá y dirá que es la peor de la historia, pero si ganamos estará perfecta. O que los cambios serán buenos o malos dependiendo cómo lo haga el que entra. Pero lo que hacemos tiene un porqué y creemos en ello. Sabemos que nos juzga el resultado, pero nos centramos mucho en el cómo y eso va a ser innegociable. Ojalá los jugadores lo hagan tan bonito como sale en nuestra imaginación. Pase lo que pase, yo sé lo que soy, lo que quiero ser, la familia y los amigos que tengo y que la vida va de otras cosas. Por desgracia, me tocó vivir momentos muy complicados a nivel personal, familiar, económico y con eso estoy curtido.

 

“Mientras la gente se fije en mis americanas y no me esté insultando, es que todo va bien”

 

No sé si es muy supersticioso, pero no repite americana ni ganando. Buen fondo de armario.

(Se ríe) Están dando juego las americanas, sí. La verdad es que me gusta la moda, siempre fui de comprar ropa. El año pasado nos costó arrancar con el filial, pero cuando lo hicimos, intentamos repetir más veces. Pero no creo mucho en las supersticiones. A veces, lo vinculo más a hábitos y a que te recuerden a días buenos para que te evoquen momentos bonitos. Y en cuanto a eso, intento vestirme en función del tiempo y de lo que me gusta dentro de mi personalidad. Mientras la gente se fije en las americanas y no me esté insultando, es que todo va bien.

Usted es periodista. No sé si, por deformación profesional, analiza reportajes o entrevistas como ésta, pero le pido un titular para la crónica de esta temporada y otro para la que viene.

Centenario de aprendizaje, para hacer los próximos cien años todavía mejores. Creo que el club ha aprendido, yo he aprendido y como aficionado diría que también aprendería a no lanzar las campañas al vuelo y a valorar lo difícil que es estar 13 años seguidos en Primera. Debemos ser ambiciosos, pero prudentes. Estables. Tenemos mimbres y una fuerza muy grande como gallegos y vigueses, porque somos luchadores y sabemos lo difícil que es la vida. Una cosa no está reñida con la otra. Y la temporada que viene es la del afianzamiento, para apuntalar lo que se vio en estos partidos. Hacer un año tranquilo y poner los cimientos para un proyecto mejor.

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