El Celta quiere ligar su futuro con el de Carlos Carvalhal más allá de junio de 2024, que fue el contrato firmado a su llegada al equipo el pasado mes de noviembre. El entrenador portugués ha convencido no sólo por los resultados, que es lo principal, sino también por su forma de trabajar, por su rendimiento del grupo y por su demostrada capacidad para trabajar al unísono con el director deportivo, Luís Campos.
Los números han convertido en acierto la complicada decisión de echar a Eduardo Coudet, otrora entrenador de futuro, para fichar a Carlos Carvalhal. Los resultados del equipo han mejorado y en Príncipe ya se da por hecho que ha quedado atrás el peligro de pérdida de categoría, tan real hasta hace un par de meses. Desde esa tranquilidad, se recupera la ambición para el proyecto a medio plazo y se desea que lo dirija desde el banquillo el técnico portugués.
Por eso, el club le propondrá a Carvalhal una vez terminada la presente temporada ampliar el contrato. Al menos, por una temporada más. Aunque en este punto debe vencer la reticiencia inicial del luso. No porque esté a disgusto en Vigo, sino porque recientemente ha mostrado su gusto por el corto plazo a la hora de firmar con un club. Considera el portugués que no tiene sentido comprometerse a nivel económico a muchos años vista cuando lo fundamental es evaluar cada fin de temporada el trabajo hecho.
La intención del Celta es convencer a su entrenador de que, como están convencidos de que sucede, es una persona “de club”. Es decir, que se puede identificar a medio plazo con el proyecto celeste, con la idea se ir creciendo año a año, en especial en este entorno del centenario. La 23/24 está asegurada con Carvalhal. La 24/25…
Vigo, un oasis para Campos
Si hay satisfacción con el trabajo de Carlos Carvalhal, ésta todavía es mayor cuando se menta en Príncipe a Luís Campos, director deportivo externo. De ahí que la intención de estirar la estancia del entrenador en el club sea aún más imperiosa para que también prolongue su estancia profesional en el club el arquitecto del proyecto. En este sentido, se estima que la principal baza celeste es el buen resultado que está dando el equipo esta temporada y que contrasta con los continuos problemas que le están surgiendo a Campos en el París Saint Germain.
El hombre de la empresa de dirección deportiva en Vigo es Juan Carlos Calero. Sin haber hablado en público en Vigo desde su llegada, hace más de un año, ayer la Liga publicó una entrevista con el delegado de Campos en el equipo en la que explicó parte del funcionamiento interno. De entrada, consideró que fue más sencillo convencer de su método al club que al entorno: “Resultó más fácil a nivel interno que externo”. Con todo, cree que ya ha sido adaptada de forma generalizada en virtud de los buenos resultados del equipo en los últimos tiempos. “Ahora, con la buena marcha del equipo, la gente ha entendido el buen trabajo que se ha estado realizando por detrás”, dijo. Además, se esforzó en confirmar que el contacto de Campos con el Celta es constante: “Tengo una conexión diaria directa con Luis, vía mensaje o vía llamada: 10/12/15 veces al día. Con reuniones diarias tanto al principio de la mañana como al final de la jornada”.
En cuanto al método de trabajo, explicó la teoría de las dos pirámides: una principal que es el primer equipo y otra que representa al filial. En la primera, se sitúan en la cúspide los futbolistas A1 -"contrastados, canteranos con un peso muy grande en el equipo más que demostrado"- y, por debajo, los A2 -"fundamentales y contrastados en la Liga que nos dan empaque y rendimiento deportivo inmediato"- y los A 3 -"más novedoso y hemos intentado introducir en el club: jóvenes, que vienen con proyección muy importante que nos van a dar rendimiento a medio, largo plazo y que aun encima nos pueden aportar una posible venta que nos permita incremento límite salarial"-. Y no dudó en dar nombres: Aspas, Mallo y Kevin como A1; Tapia, Beltrán o Unai como A2; y Larsen, Swedberg o Luca como A3.
También reseñó como clave tres velocidades: adaptación, maduración y oportunidad. Y alabó al Celta: “No le veo techo al club".
