El Celta B comienza esta tarde la promoción de ascenso a Segunda División con un partido de máxima dificultad ante el Eldense, segundo del grupo 2 de Primera Federación, y lo hace condicionado por la situación del primer equipo, que acapara los focos -y los jugadores- ante el transcendental partido del domingo ante el Barcelona en Balaídos.
En el plano puramente deportivo, Claudio Giráldez está pendiente hasta última hora de la convocatoria de Carlos Carvalhal para saber con los futbolistas que podrá contar, pero todo indica que son bajas seguras Miguel Rodríguez y Carlos Domínguez, habituales con el primer equipo, mientras que sí parece que Medrano estará a las órdenes del técnico céltico para situarse en el lateral izquierdo de la defensa. A estos inconvenientes se añaden las ausencias de Martín Calderón, Yoel Lago e Iván López.
En el medio plazo, un descenso del primer equipo daría al traste con cualquier opción de ascenso del filial, pero el grupo debe aislarse de esta opción para afrontar de la mejor manera posible el duelo ante un rival duro.
Y, en lo social, el encuentro está en un segundo plano, con menos atención de la que despertaron anteriores eliminatorias de ascenso del Celta B porque la formación principal acapara los focos. No obstante, seguro que Balaídos presentará una entrada superior a la habitual durante la campaña liguera para apoyar al segundo equipo celeste.
Todos son apuntes y condicionantes, pero el mayor será el rival. Un Eldense claramente favorito tras ser segundo en su grupo con los mismos puntos que el Amorebieta, ascendido de forma directa. Llega al duelo tras siete jornadas sin perder con tres victorias y cuatro empates. El Celta B ganó un único enfrentamiento de sus últimos ocho. Parecer estar más justo, pero es una eliminatoria.
