Paramos recuerda a sus muertos cinco años después de la explosión

Flores, ayer, en recuerdo de los dos fallecidos en 2018.
photo_camera Flores, ayer, en recuerdo de los dos fallecidos en 2018.
Homenaje a los fallecidos en la Zona Cero, que renace de sus cenizas con “dolor y sufrimiento”

Los vecinos afectados por la explosión del almacén pirotécnico en Paramos, en el concello de Tui, dieron ayer un paso importante para su recuperación, tanto mental como ambiental. Cinco años después del incidente pudieron celebrar la total reconstrucción de la zona afectada, no sin mucho sufrimiento y dolor por quienes perdieron todo, y siempre recordando a las dos víctimas mortales de la explosión. 

 

 

Un lustro tardó en que la normalidad llegase de nuevo al barrio da Torre, donde un almacén que contenía una gran cantidad de material pirotécnico apilado de manera ilegal explotó causando la muerte de un matrimonio de origen marroquí y numerosos destrozos materiales y caos entre los vecinos. Muchos de ellos tardaron varios meses en conciliar el sueño, y otros, todavía recuerdan como si fuese ayer el fatídico día. Emilia, una de las afectadas, aseguró que la onda expansiva fue de tal magnitud que desorientó a los habitantes del barrio, buscando una razón al estruendo tan brutal que habían sentido y que se pudo notar en la ciudad de Vigo: “En un primer momento pensé que me había caído un rayo, y salí a buscar a los vecinos por si a alguien le había pasado algo. Al momento me encontré con otra vecina y me dijo que creía que un avión se había estrellado allí mismo”. Tal era la confusión para Emilia, que no se cercionó hasta minutos después que “salí por casa, pero no me di cuenta que no tenía ni puerta ni ventanas. Estaba el ambiente muy negro y todo lleno de cristales”. 

Los vecinos de Emilia, al igual que ella, se reunieron en la calle para averiguar qué había pasado, barajando todo tipo de hipótesis, hasta que, en la rampa que dirigía al almacén, observaron varias varillas de cohetes en el suelo aunque “poco tiempo tuvimos de ver porque llegó la Guardia Civil y nos fueron apartando de allí. Yo sólo quería saber si los vecinos estaba bien y nos aliviaba encontrarnos y ver que ningún estaba herido de gravedad”. Una pesadilla que “duró tres años, lo que tardamos en regresar a nuestras casas”. 

Otra de las afectadas, Celia, poseía una vivienda en segunda ocupación en el barrio, e incidió en el fuerte trabajo realizado por los vecinos y por la asociación de afectados para recomponer y volver a traer vida a ese lugar:"Sufrieron muchísimo. Creo que nadie se puede imaginar marcharte a trabajar y, al volver, darte cuenta de que lo has perdido todo". Dio las gracias al Concello de Tui y a la Xunta pero, sobre todo, a la asociación presidida por Salvador García, quien “luchó por nosotros, y por eso conseguimos cinco años después rehabilitar todo esto”, aunque el dolor del vecindario será difícil de aliviar: “Es imposible ponerse en la piel de quien perdió todo y fue durísimo, porque muchos tuvieron que poner parte de sus ahorros para recuperar su hogar”. 

Tras un minuto de silencio hubo el recuerdo a las víctimas por parte de Salvador, con mención a los hijos de los fallecidos “que vieron cómo sus padres morían entre los escombros”. El acto contó con la presencia del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que resaltó que “el tiempo no cura todo, y estas dos muertes son irreparables. Todo el mundo quería que la vida fuese como antes de la explosión, pero no puede ser".

Tras un lustro, todavía sigue sin fecha la celebración del juicio al dueño de la pirotécnia ilegal. La Fiscalía pide para el acusado, Francisco G.L. una pena total de 14 años además del pago de indemnizaciones millonarias por daños en 430 viviendas, 76 vehículos y 36 personas, y la compensación a los hijos del matrimonio fallecido, en 280.000 euros a cada uno. Salvador García admitió que “lo ambiental ya está reconstruido, pero lo judicial tendrá que esperar un poco más. No estaremos tranquilos hasta verlo entre rejas y que pague por lo que ha provocado”.

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