Quince alumnos del Colegio de Educación Especial de Nigrán navegaron por primera vez gracias al proyecto de vela adaptada del Monte Real Club de Yates y el Concello de Baiona

Los niños del colegio Juan María se bautizan en el mar a toda vela

Los alumnos navegaron en la bahía de Baiona con monitores del Club de Yates. (Foto: J.C.)
El Monte Real Club de Yates de Bayona, con la colaboración de las concellerías de Deportes, Actividades Marítimas y Accesibilidade de Baiona, pusieron en marcha el primer bautismo de mar para personas discapacitadas, idea integrada dentro del proyecto de escuela de vela adaptada, que el Centro de Educación Especial Juan María pretende incorporar al próximo curso académico.
Tras el éxito conseguido durante 2011 y reciente renovación en 2012 del convenio rubricado por Rafael Olmedo Limeses, presidente del Monte Real, y Jesús Vázquez Almuiña, alcalde de Baiona, y por el que se puso en marcha la Escuela Municipal de Vela, la oferta amplía su territorio a todo el Val Miñor, arropando a niñas y niños en edad escolar de Nigrán y Gondomar.

Monte Real Club de Yates y Concello de Baiona pusieron en marcha los mecanismos administrativos y logísticos para extender la actividad a otro tipo de centros escolares, con la mirada puesta en el Juan María. El bagaje le llegaba al Monte Real tras la celebración de los Premios Nacionales Terras Gauda el pasado año, por el que en el apartado de Proyecto del Año se reconocía los méritos de la Fundación Alex, integradora social a través del deporte de la vela.

Con buena temperatura, la suave brisa acompañó a los noveles grumetes que por vez primera iban a experimentar la navegación a vela.

Una quincena de ellos se aventuraron, entre chicas y chicos de diferentes edades, a embarcarse en dos de los seis barcos que el club alberga en su escuela de vela, los mismos barcos con los que se celebran importantes competiciones.

La salida en cada velero se organizó con varios instructores del Club de Yates y del Centro Juan María, calculada para una hora de duración. Durante ese tiempo los alumnos y alumnas aprendieron a posicionarse en el barco, asumiendo el rol de navegantes, con la finalidad de aunar esfuerzos y trabajar en equipo.

Las expresiones y los rostros de emoción no se hicieron esperar, ratificando el éxito de la propuesta de las tres instituciones como primer paso para asentar las bases del proyecto de escuela adaptada para el Valle Miñor.

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