Opinión

LOS REYES CATÓLICOS, CHIVOS EXPIATORIOS DE GALICIA

Se considera chivo expiatorio al individuo en quien se descargan las culpas de las cosas malas que ocurren.


El otro día hice con mi familia un recorrido cultural por en casco antiguo de Vigo, en una actividad patrocinada por el Ayuntamiento. El guía nos contó que Vigo tiene un olivo en su escudo y que es conocida como la ciudad olívica porque antiguamente, según el, este territorio estaba lleno de olivos; y concluyó su relato afirmando que fueron los Reyes Católicos los que ordenaron cortar todos los olivos para construir los barcos de la armada invencible. Debían ser muy previsores Isabel y Fernando, porque lo de la armada invencible ocurrió casi un siglo después de su reinado.


Así como Murguía, el insigne historiador que casó con Rosalía de Castro, fue bastante positivo al valorar a los Reyes Católicos, alabando especialmente las medidas que tomaron para pacificar nuestra tierra sometiendo a la aristocracia gallega que mantenían una situación de abuso feudal, otros galleguistas que le siguieron (como Vicenti y Vilar Ponte) reinventaron la historia, considerando a los Reyes Católicos culpables de todos nuestros males. El clímax lo consiguió Castelao, cuando en un discurso en el Parlamento de la República se sacó de la manga lo de la castración de Galicia: algún problema freudiano debía tener mi ilustre colega. El político de Rianxo escribió: 'Desde que los llamados Reyes Católicos verificaron el hecho que Zurita llamó la doma y castración del Reino de Galicia, la lengua gallega ha quedado prohibida en la Administración, en los Tribunales, en la enseñanza... '. Es falso que Zurita dijera eso, pues el cronista de Aragón usó la palabra doma (y nunca la de castración) en el sentido en que se usaba en el siglo XVI, indicando que los Reyes Católicos habían puesto orden e implantado la justicia en todos sus Reinos, y no solo el de Galicia: también usa la palabra doma hablando de Murcia.


Fuera de las leyendas que algunos nacionalistas propalan como historia, no se conoce ninguna medida de los Reyes Católicos mandando talar olivos en Galicia o prohibiendo el uso del gallego, y cuando Isabel es coronada el idioma gallego ya había desaparecido en la Administración. Dos siglos y medio antes ya Alfonso X había ordenado que el castellano fuera el idioma oficial en los documentos jurídicos y oficiales de todos sus Reinos.


El otro día un niño vigués de 9 años me contaba lo que había aprendido en el colegio: que los Reyes Católicos conquistaron Galicia, donde se hablaba gallego-portugués, y dijeron: 'aquí sólo se puede hablar castellano'. Los portugueses se salvaron porque a ellos no les pudieron conquistar.


Los profesores gallegos son muy libres de pensar y de creer lo que quieran, pero deberían tener prohibido mentir a los niños e inculcarles sus ideas nacionalistas o de cualquier tipo. La manipulación de la historia que se está haciendo en los colegios y desde las instituciones políticas gallegas es indignante, y pienso que los gallegos tenemos que reaccionar y decir ¡basta ya de falsedades y de comer el coco a la gente! De momento se me ocurre crear una Asociación que limpie la memoria de los Reyes Católicos en nuestra tierra, teniendo en cuenta además que durante su pacífico reinado el crecimiento de Vigo y de su puerto fue muy importante, y al aumentar la población la iglesia de Santa María de Vigo fue erigida en Colegiata (el 11 de junio del año 1497). Por cierto, esa iglesia es la que tenía en su atrio un olivo singular, probablemente traído por los Templarios, bajo el que se debían reunir los dignatarios de la Villa, y que fue cobrando valor y significado y acabó pasando al escudo de Vigo; porque lo de que en Vigo y en Galicia había muchos olivos es un cuento chino que muchos repiten como loros.


Viendo como están las cosas ¿alguien se apunta a colaborar en esa Asociación en defensa de la verdad histórica? Aunque cuando se difunda la verdad e Isabel y Fernando dejen de ser considerados chivos expiatorios, seguro que algunos encuentran enseguida otros chivos a quien echar la culpa de sus problemas.

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