Opinión

Hay que reformar la Constitución...

Ayer me leí de nuevo la Constitución y confieso que, a mi entender, de los 100 primeros artículos, al menos 20 son reformables, pues ya no concuerdan demasiado con una España cerca de 40 años más vieja o más joven, según se quiera considerar. Ello por si solo ya justificaría la medida pero, lo más alarmante a mi modo de ver es que, son 25 los artículos que incumplen y han incumplido sistemáticamente los sucesivos gobiernos que nos han llevado hasta aquí, lo que no solo descalifica y desprestigia mas, si es posible, a esa caricatura de Tribunal Constitucional que padecemos, de nuevo, a mi entender.
Si, empieza a ser políticamente correcto lo de pedir modificaciones en la Constitución, pero como casi siempre nadie concreta ni artículos, ni contenidos, ni urgencias. El guaperas dice que va siendo urgente, pero nada especifica, salvo lo etéreo y nunca definido del “Estado Federal”, que queda muy bien, pero que sin raíces históricas no tiene sentido alguno, mientras que el que no sabe si sube o baja, si viene o va, y si ya veremos, de nuevo “mirando pa Cuenca” sugiere que si alguien quiere cambios que los tramite, como si ponerse al día no fuera con él (que no va).
¿Es posible que los “grandes” de la política no se den cuenta de su caída en picado hacia lo mas profundo del ostracismo? Uno sigue sin aportar nada nuevo y manteniendo la eterna política del “tu más” y de creerse lo del “progreso” y toda esa gaita, mientras el otro, sumergido en la vorágine del endiosamiento que produce el permanente contacto con la élite de la mamandurria internacional, ignora cada vez mas que existe un pueblo al que la macroeconomía, desde la cola del paro, o de la desesperación de no llegar a fin de mes, le importa un carajo, al igual que la prima de riesgo y las décimas de un hipotético crecimiento, por encima de nuestros acreedores, cuando ya la deuda ronda el 100% de lo que producimos, seguimos endeudándonos, e incluso prometemos (manda Merkel) pagarlo en tres años dejando con ello al presupuesto sin capacidad de inversión alguna, ni por tanto de generar el mas mínimo empleo (¿).
Es tal ya la degradación del sistema en manos de todos estos que nos han gobernado desde una Constitución que se saltaron a la torera desde el primer día, que han agotado ya la paciencia del ciudadano, de un ciudadano afortunadamente mucho más civilizado que en el 36, pero cargado de razones. Tanto uno como otro han estado creando las bases de un nuevo partido que tarde o temprano tenía que aparecer, mientras ahora se echan las manos a la cabeza, y no se les ocurre otra cosa que sacar el doberman a pasear para atemorizar al personal, con historias reales o ficticias, pero de las que ellos son los únicos responsables, reaccionando además con pequeñas minucias y nuevas mentiras, a la espera de que el bobo modelo de ciudadano al que ellos han amamantado, les permita seguir, con su voto, tomándonos el pelo unos cuantos años más.
Falta un año para las elecciones generales, pero a estas alturas y en crecimiento progresivo, Podemos ya está a la par del partido popular en intención de voto, por delante de los socialistas y de todos los demás, siendo su líder el mas valorado con diferencia, y lo que es mas indicativo del proceso de inversión de querencias, es que a los dos tercios de la población no les da miedo alguno un gobierno a cargo de los jóvenes universitarios que pretenden poner patas arriba al país. Decía Guerra que tras el paso por el gobierno de los suyos, al país (lo de España ya no era políticamente correcto) no lo iba a reconocer ni la madre que lo parió, pues entre otras minucias anunciaba el fin de la independencia de poderes (control) y con ello uno de los pilares fundamentales de la democracia, algo que ha ido minando a la sociedad y descargado de ética ciudadana, hasta llegar a esta escalada interminable de corrupción y de divorcio entre los políticos y los ciudadanos, ávidos de librarnos de toda esa canalla, sin casi hacer ya distinciones (injusto pero inevitable), llevando a la clase política a las mas profundas cotas de desprecio.
Si, hay que reformar la Constitución, pero a este paso y ante la memez de los grandes partidos, no la reformará ninguno de ellos, y aunque a mi me gustaría que lo hiciese alguien del talante de Ciudadanos, acabará haciéndolo Podemos, a este paso desde la mayoría absoluta o con Izquierda Unida y alguien más como aliados, una reforma que, de nuevo no la reconocerá ni la madre que la parió. Que curioso, ahora que Guerra anuncia su retirada (las ratas siempre son las primeras en abandonar el barco), viendo un relevo imparable al resultado de su desmantelamiento de la entonces incipiente democracia, ante el memo aplauso de todo el rebaño de bobos que no ven mas allá que lo inminente, otros se apresuran a poner de nuevo el país boca abajo en pro, de nuevo, de un frente (perdón,  democracia) popular entendida a su manera.
¿Qué nos espera? Nadie lo sabe, incluso ni ellos mismos, pero lo que si parece tener claro el grueso de la ciudadanía es que cualquier cosa antes que la permanencia de la golfería, la mentira, el permanente enfrentamiento, la absoluta falta de ideas, la negligencia y la inmovilidad de lo ya conocido. Veremos.

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