Opinión

Las cosas como son

En un país de irás y no volverás en el que las encuestas dan a Podemos como ganador de unas próximas elecciones y los diarios del fin de semana se han llenado a reventar con los sueños de un sujeto delirante como es el pequeño Nicolás, nada puede llamar ya la atención. Estamos sobreviviendo a nosotros mismos y pasamos todos los días por nuestra realidad cotidiana como quien camina sin zapatos ni calcetines sobre cascos de botellas machacados con un martillo. Por eso, no nos debe extrañar que la mayor parte de los encuestados por un sondeo sorpresa no tenga ni la más remota idea de lo que ha escrito el nuevo Cervantes de Literatura y conozca sin embargo al dedillo cómo es y por donde se desarrolla la vida entre rejas de Isabel Pantoja. Hagan ustedes la prueba y pregunten a sus vecinos si han leído alguna vez en su vida una sola línea escrita por Juan Goytisolo al tiempo que les interrogan sobre el régimen carcelario de la tonadillera presa. Ya no se trata de leer sus novelas sino que nadie sabe casi nada de este señor salvo lo que dicen los más ilustrados. Recuerdan algún título suyo, quizá “Señas de identidad” y sospechan que vive en Marrakech. Lo que pasa es que, defensores a ultranza del todo o de la nada, la manera oficial elegida para explicar por qué se le ha otorgado este premio a Goytisolo es tan ininteligible que más valía que no se hubiera explicado nada: Se le concede exactamente por “su capacidad indagatoria en el lenguaje y propuestas estilísticas complejas, desarrolladas en diversos géneros literarios y su voluntad de integrar a las dos orillas, a la tradición heterodoxa española”. Si a mí me pide alguien de mi familia que le explique por qué es tan buen escritor este caballero y digo lo que ha leído Wert sin mover un músculo ni perder el aliento, me retira el saludo. No se pueden exponer juntas tantas y tan inexplicables necedades y Goytisolo, que está ya de vuelta de casi todo, sospecho que se habrá dado cuenta.
Pero sospecho también que a casi nadie se le da una higa el asunto del Cervantes y las cosas como son, lo que preocupa es si Bustamante y Paula Echevarría por fin se separan como cuenta las lenguas de doble filo. Los que saben de estas cosas dicen que de puertas para fuera se comen a besos pero en casa no se soportan. Qué duro es eso…

Te puede interesar