Acaba de hermanarse Vigo con la ciudad mexicana de Celaya, o más bien sus respectivas cúpulas políticas y empresariales. Bien. Hace unos cuantos años, en los benditos ochenta, fue un trending topic en todos los ayuntamientos, empeñados en buscar acuerdos y alianzas más allá de las fronteras españolas. En algunos casos, como Vigo, hubo aciertos como el acuerdo con la ciudad bretona de L'Orient que valió para que miles de jóvenes vigueses realizaran intercambios. Funcionó bastante bien durante un tiempo y nunca más. Desde hace 20 años no se ha hecho absolutamente nada .
También por entonces, aunque algo después, se firmó un compromiso con Oporto que dio lugar al nacimiento del Eixo Atlántico de municipios de Galicia y Norte de Portugal, la primera institución de colaboración permanente en la Eurorregión. El ente, con todos sus defectos, ha funcionado y ofrecido resultados. Pero sobre todo ha valido como un foro para plantear propuestas y soluciones. En cuanto a las relaciones con Oporto, hay que reconocer que en general se mantienen en un ámbito más próximo a los deseos que a las realidades. La firma reciente de pacto de promoción turística va en ese camino.
Pero hubo otras acciones absolutamente erradas, como un intento de hermanamiento con una pequeña villa de Groenlandia que incluyó una gira del alcalde de entonces acompañado de parte de la prensa local. Un autentico disparate también muy ochentero. Y ahora, un abrazo con Celaya, prueba de que Mexico está presente en nuestros corazones y la cartera.
PD. El transporte metropolitano parece muy cerca y sólo es cuestión de afinar. Lógica la postura del alcalde de negarse a firmar un cheque en blanco sin fijarse las cantidades a aportar por financiar el billete.
