Pasó Ana Pastor por Vigo y habló sobre obras, lógicamente. Las que se terminaron (el muelle de Areal, con nueve años de retraso gracias a una eficiente campaña de autodestrucción), las que se ejecutan (la llegada de la alta velocidad ferroviaria) y alguna por hacer, con la nueva autovía Vigo-Porriño en cabeza. Y también de lo que no se hará hoy, quizá nunca: la estación de Thom Mayne, que en realidad no es sino la carcasa comercial de la terminal –ésta sí- en fase final de ejecución. La incluyó en el catálogo de actuaciones “faraónicas”, injusto adjetivo que se aplica sin remisión a cualquier proyecto gigante, que el alcalde vigués amplió a la Ciudad de la Cultura compostelana y al puerto exterior coruñés, sin duda dos iconos del despilfarro de años pasados. ¿Queremos repetirlo? Ciertamente, el diseño de Mayne resulta llamativo y sería una inversión millonaria bienvenida en la ciudad, pero –como en todos los centros comerciales ligados al tren- Fomento no aporta la totalidad y exige un socio privado, que no llega. Se puede achacar a la falta de gestión o al desinterés del ministerio, pero la realidad está ahí: en estos momentos no hay ninguna empresa dispuesta a ser concesionaria de Vialia en Vigo, aportando 80 millones de euros.
En Santiago, Fraga quiso construir una suerte de segunda catedral y sus sucesores del bipartito no tuvieron decisión o coraje para paralizar un proyecto absurdo en su planteamiento, sin duda estético, pero sobre todo innecesario. Feijóo decidió anular los edificios que faltaban.
En A Coruña, otro tanto. Paco Vázquez quería transformar la ciudad trasladando el puerto fuera para ampliar su capacidad, y eso pasaba por una inversión brutal que logró con habilidad poniéndose del lado del Gobierno del PP en el asunto “Prestige”. Y con el Gobierno de Zapatero después. Coruña tiene su puerto exterior, “condenado” a ser base de petroleros. No servirá para contenedores ni mercancía general y nadie va a poner un euro más.
Después de todo, las obras faraónicas estaban cargadas de sentido: en Egipto construían para la eternidad, no lo olvidemos.
PD. Aeropuerto Vigo-Rías Baixas. Suena bien ligar la Muy Leal a una marca turística conocida. Si el Concello lo apoya. Continuará...
