Portugal está cada vez más cerca de Vigo, y diría que por suerte. Es un mercado, un país hermano e incluso una oportunidad para que la Muy Leal tenga un peso mayor como la "grande cidade do norte". Pero también supone una competencia cada vez más próxima aunque no diría una amenaza. Sá Carneiro es rival de Peinador, y además un acicate, y desde luego un complemento para vuelos intercontinentales. Leixoes supone un peligro, pero no tanto por su capacidad para atraer cruceristas y mercancías como por los errores que comente en el puerto vigués, algunos de ellos quizá irreparables ya y que también han alimentado la terminal de Marín. En cuestión de pasaje, ya se puede constatar lo que supone la cercanía de la costa lusa: la práctica totalidad de los cruceros que llegan a Vigo o salen de su puerto van o vienen de Oporto-Leixoes y sobre todo de Lisboa.
En cuanto al tren, el corredor Vigo-Oporto permitirá reducir tráfico de la autopista y convertir la relación entre ambas ciudades en más fluida que hoy. Y eso tendrá efectos a todos los niveles, desde la cultura a la empresa. Oporto es una ciudad curiosa, diría que la antítesis de la Muy Leal, de enorme tirón turístico y con una caída de población mayor que la que sufre ahora Vigo. Pero cuenta con un área metropolitana articulada en torno a la ciudad del Duero que supone más de un millón de habitantes, con cohesión y poderío, capaz de articularse como un verdadero contrapoder frente a la capital en un país donde no hay comunidades autónomas.
La realidad dice que Portugal está cada vez más cerca. Y en 2019 mucho más con el tren rápido. Vigo ya se puede ir preparando. Continuará...
