Opinión

lo que es posible

Xunta y Concello, en estado de permanente alerta roja, han  encontrado un oasis en el Consorcio Casco Vello, donde ambas instituciones cooperan sin mayores problemas bajo la dirección del Gobierno gallego, que aporta el 90 por ciento del capital. El ayuntamiento pone su aparato administrativo y ayer dio un paso adelante al aceptar un papel más activo con la expropiación de edificios. Por tanto, sí, es posible y realizable la colaboración entre organismos. Y este consorcio, un ejemplo de ello. Vigo sale beneficiado, luego los vigueses.
También es posible la colaboración entre España y Portugal para llevar adelante proyectos conjuntos. El tren rápido Vigo-Oporto nació una iniciativa interna lusa, pero el respaldo  obtenido en la Cumbre Ibérica, más allá de la retórica inevitable, supone elevar su categoría a asunto de Estado. El Tren Celta, que ha cumplido un servicio, se reconvertirá en otro tipo Alfa Pendular capaz de recorrer en 90 minutos, quizá menos, la distancia entre Vigo y Oporto. Tendrá efectos como ya los tuvo en su día la caída de la frontera y la construcción de la autovía: en movimiento de pasajeros, en comercio y en ámbitos portuarios una vez se incentive el tren de mercancías. ¿Está Vigo preparándose para una competencia que tendrá mucho más cercana?
Lo que en cambio todavía no parece posible evitar es que el Concello de Mos gane legítimamente instalaciones, servicios y centros comerciales recogiendo en su territorio lo que la Muy Leal no quiere: la ciudad deportiva del Celta y quizá Porto Cabral/Mos. El Celta ha hecho una oferta a la promotora Intu. Se lo va a pensar. En ambos casos Vigo tendría lo mismo pero con todas sus desventajas y ninguna de sus ventajas. 

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