Opinión

la mejor herencia

Recordaba ayer el actual titular del Concello el buen criterio de sus predecesores al construir la presa de Eiras y el lugar elegido, donde más llueve de Galicia y quizá de toda España. En Fornelos suele caer el doble de precipitaciones que en Vigo, así que la sequía sobre la Muy Leal no afecta al suministro. Aunque los terrenos de Eiras parece que los adquirió el alcalde Fontán fue uno de sus sucesores, Joaquín García Picher, quien logró el milagro de construir el embalse para lo cual tuvo que convencer al Ministerio de Obras Públicas. Estamos hablando de principios de los setenta cuando el Estado no tenía un duro y el régimen franquista estaba a punto de desaparecer. Nada era fácil y mucho menos una operación de aquella envergadura, pero Picher lo logró. También suya fue la consecución de la Copa del Mundo en Balaídos y terminar el consistorio. Pero aún más importante fue el colegio universitario, germen necesario de la Universidad de Vigo. Convenció a la Caja de que hiciera el Cuvi. Fue una gran labor, aunque no gratuita: la primera llamada que recibió Luis Espada como rector de Vigo fue de Gayoso reclamando 600 millones de pesetas -4,5 millones de euros- por el Cuvi. En Lugo, la Diputación de Cacharro cedió sin costes a la Universidad de Santiago la Facultad de Veterinaria, que había supuesto unos 12 millones de euros. Está bien que se sepa.
García Picher apenas estuvo cuatro años de alcalde y decidió marcharse cuando vio que no podía gobernar la nave, dejando una herencia que permanece. Parafraseando a Churchill, nunca tan pocos hicieron tanto  por tantos en tan poco tiempo.

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