Opinión

La realidad de las familias

Uno de cada diez hogares gallegos llega con mucha dificultad a fin de mes. Este dato, del Instituto Galego de Estatística, supone un incremento de tres puntos porcentuales respecto a los tres primeros meses del año. Aumentando así, del 6,96% los hogares que se encontraban en una complicada situación, hasta el 9,52% actual.
También se apunta un descenso del número de hogares que llega con tranquilidad a fin de mes, desde el 45,7% del primer trimestre hasta el 44,37% del segundo trimestre.
 Otro de los indicadores que evalúa la estadística del IGE es el de la confianza del consumidor, muy ligado a los ingresos de las familias, y que también cayó con respecto a los tres primeros meses del año. Lo hizo en 2,43 puntos, hasta situarse en los -16,37 puntos.
La crisis ha forzado a los hogares gallegos a prescindir de gastos extraordinarios y a buscar soluciones para reducir sus facturas a fin de mes. Así, según reflejan los datos, el 19,91% de las familias no se permitieron ningún gasto extraordinario en los tres últimos meses y el 13,25% cambió sus hábitos de compra, inclinándose por marcas blancas y productos de oferta. A mayores y ya en un contexto social más amplio y según un informe de la OCDE, de los 33 países para los que hay información dentro de este organismo, España fue el cuarto en el que más cayó la renta media, por lo que la desigualdad, lejos de estrecharse, se ha ensanchado de forma muy ostensible en nuestro país .
Y leyendo el último informe publicado por Fedea, nos revela que la evolución de la desigualdad en el largo plazo en España estuvo determinada durante varias décadas, fundamentalmente, por las fluctuaciones de los niveles de empleo y, sobre todo, por los cambios en el sistema de prestaciones e impuestos. Por el contrario, fue en los periodos en que se combinaron reducciones de la tasa de desempleo y reformas que aumentaron la progresividad y la capacidad redistributiva de los impuestos y las prestaciones monetarias cuando más disminuyó la desigualdad.
Esto explica situaciones como las que para un joven asalariado el dinero que destina al alquiler o a la compra de una vivienda represente más del 59% de su sueldo neto en un contexto de desigualdad social y según los estudios del Consejo de la Juventud de España.El esfuerzo que tienen que hacer los jóvenes asalariados para comprar una vivienda sigue siendo muy elevado por culpa de la abusiva carga fiscal que grava la vivienda,según el último informe del Observatorio de Emancipación y según constatamos desde FEGEIN en nuestros informes semestrales.
 El Observatorio señala que para que el coste que supone el pago de una vivienda en alquiler o en propiedad supusiera como mucho un 30% del salario neto mensual, un joven asalariado tendría que ganar 1.843,43 euros al mes, una cifra que casi duplica el salario medio de un joven ocupado (935,29 euros) y que sobrepasa los ingresos netos de un hogar formado por personas de menos de 30 años (1.701,91 euros).
Otra de las conclusiones que evidencia el informe es que tan sólo el 10% de la población joven asalariada con mayores ingresos podría emanciparse sin dedicar más del 30% de sus ingresos al pago de la cuota mensual de una hipoteca o de la renta del alquiler.
En definitiva, los datos nos devuelven una vez más a la realidad real de las personas . Con lo que la creación de empleo estable y de calidad, debe y tiene que ser el objetivo prioritario de cualquier gobierno, lo demás son discursos diáfanos que se caen por el propio peso de los cristalinos y contundentes datos.
 

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