Cartas al director

ETA, claudicación o engaño...

 Hace escasos días vivimos un momento importante para la democracia española, el anuncio oficial de disolución de la banda terrorista ETA. Fue realizado desde su habitual fortaleza del sur de Francia en un comunicado previamente anunciado y con el que pretendían informar a la opinión pública de su total desaparición, pidiendo perdón a las familias de las víctimas. Un juego propagandístico, una vez más, y esperemos, sea tal como dicen y las siglas de ETA no las volvamos a ver más en un telediario. 
La banda terrorista ha sido experta en la propaganda durante toda su existencia y le ha gustado siempre ser el centro de atención con sus continuas entregas de armas que luego resultaban ser meras falacias. 
Por lo pronto, han conseguido algo que siempre querían, y es meterse en las instituciones públicas de forma camuflada con partidos políticos de marca blanca. Es cierto que la vieja organización político-militar de finales de los 50 y principios de los 60, ha ido desapareciendo, quedando cada vez menos cachorros en la manada. Pero, pese a que en la actualidad no quedan resquicios de los primeros y viejos etarras, las fuerzas del Estado no deben dar por zanjado el asunto y permanecer en vilo por si este último anuncio fue una estratagema más de las viles tramadas por los terroristas durante toda su historia...