Cartas al director

independentistas vascos y catalanes

El día 4 de mayo del 2018, sufrimos una vez más, la proyección de la comedia organizada por los independentistas vascos, en territorio francés,  ahora representada por la banda terrorista, que se exhibe bajo las siglas de ETA, la cual solo tiene como objetivo remover el brasero, par que no se apague el fuego y seguir promocionándose, tanto en España como en el extranjero.
Pero esta vez, para darle mayor bombo al evento, nos dicen que es el último acto, para que ETA desaparezca definitivamente, que esto no se lo hacen creer ni al que asó la manteca.
En mi opinión, hay dos cosas que, si sus palabras no fueran mentiras como siempre, ya n debieran ser hechas de esta forma, que son: Primera, la representación de la comedia, debería haberse realizado en territorio español, por tratarse de asunto que afecta a España principalmente; y Segunda que, por el mismo motivo, sobran los observadores internacionales, porque no pintan nada en esto, y además hay que pagarles.
Lo de que se haya hecho la función teatral en territorio francés, nos viene a demostrar que los mejores amigos de ETA siempre estuvieron en Francia, y de ahí su fuerza, su progreso y su duración de lucha activa, porque los gobiernos de ese país, tuvieron un mínimo de colaboración con los gobiernos de España, y un máximo de vista gorda hacia los terroristas, hasta que llegó a la presidencia de la República, Nicolás Sarkozí, quien tomó la determinación de perseguir el terrorismo de ETA también en Francia, y comportarse con la vecina y democrática España, como lógicamente ya se debería haber hecho muchos años antes.
Esta carta al director, tiene este título porque los fines de ese problema es exactamente el mismo, puesto que solo se trata de romper España en trozos, guiados por el sentimiento de un complejo de superioridad, y el egoísmo materialista, que no les permite compartir con el resto de los españoles, sus riquezas e instalaciones industriales, sin tener en cuenta que, gracias al sudor de muchos de nosotros, y las ayudas del gobierno central, estuvieron y están ellos ahora en buenas condiciones de todo tipo.
Lo de terminar con estos dos problemas que tiene España, no es cuestión de hoy para mañana, porque para curar la "enfermedad" de los sentimientos, sobre todo cuando se trata de materialismo puro y duro, todavía no se había inventado la píldora sanadora de esa epidemia.