Cartas al director

El partido popular y el retorno a casa por navidad

El alejamiento temporal que hoy viven militantes, simpatizantes y amigos, debe traducirse en retorno lleno de esperanza regeneradora y confianza en el futuro de nuestra organización. Ello no vendrá solo lo alcanzaremos si aceptamos la realidad del momento, causada por los distintos errores que a ello nos llevaron. Tal vez encontremos en los mismos aptitudes y comportamientos contrarios o reñidos con nuestras promesas electorales, sentimientos ideológicos o las nefastas  formas de concebir, estar y actuar en política. Corregir y castigar los mismos es hoy prioritario. ello nos reconciliaría con militantes, votantes y el país en general, obrando aquel milagro que todos esperamos hoy y en tiempos de navidad.
Este enfado temporal en nuestras filas y votantes que ya envalentono a nuestros adversarios políticos. Lo provocaron nuestros errores y el estratégico marketing comunicacional socialista, haciendo posible que, sus errores de ayer, causantes del desastre económico que vivimos, fueran transferidos clandestinamente al actual Gobierno y el PP. A ello se suma la corrupción desatada en nuestras filas que no supimos en su día, detectar y corregir en tiempo y forma. Ello unido a todas las incongruencias ideológicas que molestaron y también fueron creando un sin fin de negativas opiniones sobre el asesoramiento interno del PP, y puesto de manifiesto con la orfandad que hoy viven las víctimas del terrorismo, la aparcada ley del aborto y las clandestinas y cuantiosas ayudas a medios de comunicación adversos y librados de una quiebra eminente que molestó a fieles y afines a nuestros principios ideológicos, ellos nos acompañaron en aquella travesía del desierto que juntos logramos alcanzar. Unos fueron abandonados a su suerte y otros sucumbieron en esta crisis. Todos viviendo un calvario por su fidelidad al PP. Lo contradictorio y alarmante para la opinión pública y militantes es observar hoy la arremetida salvaje y diaria en estos medios "Salvados" contra el gobierno del PP. Así le paga el diablo a quien le sirve. ¿Tiene alguna explicación hoy, estos hechos reveladores, de como el PP fue tomando por asalto, por  estos mercenarios de la política para convertirlo en una sociedad de cómplices anónimos? ¿Qué dirían nuestros fundadores si hoy vivieran?
Las respuestas son oportunas e importantes. Pero mas efectivos son los hechos que puedan revertir esta situación confusa y anormal que vive nuestra organización. Por falta de control de sus autoridades, algunos vieron para otro lado, o se escondieron cuando fueron avisados de todo lo que se estaba gestando. Ello obliga por igual a militantes, simpatizantes y amigos, para juntos, contribuir a erradicar las malas prácticas, errores y vicios que a esta insólita situación nos llevó, y donde si sobró soberbia, mediocridad y oscurantismo cómplice, para esconder alguna situación confusa y también la herencia recibida del anterior gobierno. Ello nos convirtió en cómplices y sobre la marcha también en culpables de todos los sacrificios que hoy sufre la ciudadanía, para recuperar la autoestima y los puestos de trabajo perdidos, en aquel funesto trayecto luego de res años de sufrimientos, la mayoría es leve, pero ya despunta en la buena dirección. Ello debería venir acompañado de nuestra presencia y recuperación de la calle, para la discusión democrática de las ideas y proyecto de futuro. Pero tampoco imposible, si existe la voluntad política para hacerlo. El Partido Popular, debe volver a sus raíces fundadoras, donde nuestros cuadros políticos, no solo debe parecer honestos, también serlo y si el momento lo demanda, demostrarlo. Para servir a la sociedad que le entregó voto y confianza. Tal vez aquí estén alguna de las dudas que sobre el PP hoy existen y se deben analizar y corregir.
Regenerarnos o perecer en el intento, es hoy la consigna. Solo así regresaremos al camino que nuestros fundadores nos dejaron como herencia, para que fuéramos una alternativa creíble para seguir dirigiendo los destinos de una gran nación democrática, unida y de progreso.