Cartas al director

maltrato institucional

Soy Jorge Oviaño González. Soy padre de tres hijos maravillosos, mis hijos mayores, de  14 y 12 años, no viven conmigo, no por nuestro parecer. Estoy divorciado, y eso en este país debe ser negativo, algo malo.
Soy a todas luces, y así lo creo, un buen padre, lo sabe quien nos conoce, mi mujer, trabaja mucho, y yo tengo un horario de mañana, me encargo, por suerte para mí , de las labores de la casa y la niña de dos años, y del poco tiempo y mal distribuido que pasamos con los mayores.
En casa nos preocupamos de todo lo necesario, ropa, libros, comida variada, deberes y tareas, su espacio, actividades, diversión, deporte, alguna regañina y castigos, y de lo más importante, cariño, apoyo, e ilusión.
Puedo echarme luces y volcar sombras, y en este momento, ya no callo, y no se me ocurre dos semanas de cena, un "hazte un colacao si quieres cenar", o cuando se presenta un problema, querer solucionarlo por "narices" que suena  más suave, y dos guantazos.
Y porque estoy hundido, desesperado, como parece ser pasa a tantos padres, sencillo:
Primero, por una parte resentida y encima sin motivos.
Segundo, y más grave, por una justicia incompetente.
Pero me explico, según se define la señora Juez, en mayúscula, humilde, si para desacreditar la labor de las profesionales del IMELGA, psicólogas que trabajan de forma imparcial y objetiva para los Juzgados gallegos, la señora Juez, dice "en mi humilde opinión", lo cual es parcial y subjetivo, el informe psicosocial es erróneo e injusto. Para echarse a llorar, durante el juicio  por la ampliación de medidas, donde el padre solo pide corresponsabilidad, en contra de la madre y la señora Fiscal, también en mayúscula, que piden excluir al padre, y que vea a los hijos cuatro noches al mes, la señora Fiscal, con una actitud totalmente posicionada, cero profesional y subjetiva por sus asuntos personales.
Volvamos a la señora Juez, usted muy señora mía, será una experta y profesional en leyes, seguro sabe todo, pero si presenta un informe profesional del ámbito familiar, realizado de forma objetiva y profesional por dos  mujeres, seguro que saben más que usted y su humilde opinión personal, de psicología y sociología, y desde luego, ellas en dos días, más que usted en dos horas de juicio y 15 minutos con cada niño.
Ni decir cabe, que llevo seis años luchando por lo que mis hijos mayores piden y creemos justo mi mujer y yo, gastado mucho dinero, y que como recompensa por todo esto siga siendo cuatro noches al mes. Que influyo en mis hijos, evidentemente, como su madre, profesores, amigos... se llama socialización, señoras Juez y Fiscal, pero que se les ocurra, sin conocernos, decir barbaridades, en este momento, les diré, "en mi humilde opinión" que estoy hundido, pero no solo yo, señoras , hundido a dos chicos, una familia y una pequeña que sí, señoras, a veces llora cuando deja a sus hermanos en lo que ella cree "el cole". 
Y esta es, a modo resumido, la historia de una familia hundida por los profesionales, siempre en mi humilde opinión. Fdo. Un padre hundido.